Me gusta el cine de Robert Guédiguian cuando no tiende al exceso.
En este caso yo diría que no lo hace, si bien, magnifica una pequeña historia de resistencia frente a los horrores de la guerra que ya bien conocemos todos, y ahí sí se le va un pelín la mano.
Con algún que otro error anacrónico además la película no tiene el interés que otras de la misma temática y con diferentes puntos de vista. Uno se puede tomar las licencias que quiera, evidentemente, y Guédiguian se las toma, pero usando un guión aburrido, intyerpretado reguleramente, fotografiado de manera bastante mala y con un vestuario digno de película rumana años 60.
Así que ustedes mismos...
Lo mejor: La banda sonora, escueta pero preciosa.
Lo peor: Se hace muy, muy, muy aburrida y no cuenta nada nuevo ni digno de mención.