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Voto de Revista Contraste:
7
Drama. Intriga Luo Hongwu regresa a Kaili, su ciudad natal, de la que huyó hace varios años. Comienza la búsqueda de la mujer que amaba, y a quien nunca ha podido olvidar. Ella dijo que su nombre era Wan Quiwen. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2019
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su segundo film, Bi Gan cuenta la historia de un hombre atormentado (Jue Huang) por la pérdida de una mujer que amó y el sentimiento de culpa por un crimen que cometió. Dividida en dos partes: la primera, se parece más a una poesía llena de símbolos, metáforas lentas, meditadas que nos introducen en una espiral de enamoramiento. La segunda, un sueño nocturno del protagonista mostrado a través de plano secuencia en 3D de bella factura técnica.

Como demostró en su sorprendente debut, Kaili Blues, Bi Gan se preocupa más por los planos, los colores, por materializar un espacio mental y transmitir una sensación física que por explicar una historia. Largo camino hacia la noche está repleta de planos muy cuidados y larguísimos. Vemos un hombre que llora mientras se empieza a comer una manzana. El plano termina cuando el personaje se acaba la fruta. La escena ha durado más de un minuto y seguimos sin comprender quién es ese personaje.

El cine de Bi Gan recuerda al de Terence Malick por su plasticidad, la importancia de los silencios y su cercanía al texto poético. Los conceptos de culpa, arrepentimiento o amor se nos muestran en las miradas, en planos tras un cristal, más que en los diálogos de los protagonistas.

En resumen, una nueva maravilla del cine oriental que gustará a los cinéfilos capaces de apreciar un cine más visual que narrativo.

www.contraste.info
Revista Contraste
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