Me atrajo su cartel porque de alguna manera parece trasladarnos a una sombría escena de misterio, de verdades ocultas. Y en efecto, encontré una magnífica película... tan extraña como fascinante.

Todo en Sweet Virginia es cautivador: Su banda sonora, que encaja en tu mente como un guante, amplificando algunas de sus lentas escenas, tan necesarias como impactantes; incluso la violencia salvaje que no entiendes pero aceptas, resulta necesaria, como parte de la esencia del film.

No entiendo, el porqué de la nota tan escueta, creo que lo adecuado sería rozando el siete. Aunque, ahora que lo pienso, este tipo de trabajos que desentrañan ese yo profundo y oculto, suelen alejarnos de ellas ¿Verdad?

UN 6,8