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Voto de JuanCádiz:
6
Acción. Drama Evelyn Mercer (Fionnula Flanagan) es una respetable anciana de Detroit que intenta llevar por el buen camino a los jóvenes más problemáticos del barrio. Su muerte durante el atraco a una tienda causa gran conmoción en el vecindario. Jeremiah (Andre Benjamin), Jack (Garrett Hedlund), Angel (Tyrese Gibson) y Bobby (Mark Wahlberg), sus cuatro hijos adoptivos, se reúnen en Detroit para enterrar a su madre y, de paso, vengar su muerte. (FILMAFFINITY) [+]
30 de diciembre de 2009
36 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Películas inverosímiles las hubo, las hay y las habrá siempre. A nosotros todo eso nos da, o nos debería dar igual; esto es cine.
Sin embargo, en Cuatro hermanos sucede algo curioso. El alto grado de irracionalidad llega más allá del simple "esto no me lo creo". En este caso lo irreal, además de no colar, consigue que te sientas muy violento.

Queda demasiado cargante esa extraña atmósfera cariñosa entre cuatro tipos duros. El quid de la cuestión es que ellos fueron niños adoptados por la misma mujer. Y es precisamente el hecho de que al ser hermanos de distintas razas entre ellos, Singleton se encarga de recordarnos cada segundo y medio de película que estos pese a la diferencia étnica se sienten hermanos con todas las de la ley. Y la verdad, huele mucho a forzado. Si le das media hora más de peli acaban los cuatro comiéndose a besos.
Para corroborar lo que digo, expongo un detallito en el que me fijé. Sólo se llaman por sus nombres los de misma raza. Cuando alguno llama al de distinta, lo hace con un gran "hermanito" aunque sus pintas son al más puro estilo Alcatraz. Eso, como digo, se hizo así para que no nos despistáramos.

Hay una escena en la que todos comparten baño. Uno se ducha, otro está con el popó y un tercero se pasea por el diminuto habitáculo con el falo al aire preguntando a los hermanos si es normal o no, esa extraña mancha que adorna la puntita de su cipote. Mientras tanto el que caga le pide al que está en pelotas que salga de la bañera y le pase papel. Este fue el plano estrella que se le ocurrió a Singleton para acentuar la confianza total entre unos hermanos. En fin; la gran familia perfectamente representada.


Luego el argumento acompaña bastante poco en los pequeños detalles. Si un tío mira desde la puerta de la discoteca a otro que está a cuarenta metros llama la atención una cosa mala. Pero si se están tiroteando por medio del barrio, si tiran a un tío por la ventana y luego lo interrogan en plena acera, o si hacen dar diez vueltas de campana a un coche en medio de la calle, no encontrarás ni una sola alma por los alrededores. Y eso que hay cientos de ventanas atestando el acto. Pero ni el tato por allí se asoma.

Le doy bastante nota porque no me disgustó del todo. Se puede ver sin problemas e incluso te puedes divertir con ella. Pero Singleton, pichita... que no se vuelva a repetir.
JuanCádiz
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