Presentar la aceptación homosexual de uno mismo y que te acepten todos los que te rodean, puede hacerse como un drama, puesto que en muchos casos lo es, o puede hacerse en tono de comedia para quitar hierro al asunto. Introducir en todo este problema la presencia de un hijo que no conoces y del que te tienes que hacer cargo, puede ser muy difícil de escribir en un guión que se entienda bien. Además, todo ello en una familia con muchos problemas en sus relaciones y con una madre dominante, alcohólica, obesa y fumadora empedernida. Me parece que el guionista, en este caso también director y productor, ha querido abarcar demasiado para su escasa experiencia cinematográfica. Hay dos cosas que me han gustado, y que seguramente no dependen del director: una fotografía luminosa, llena de colorines, muy apropiada para el ambiente de la historia, y una música góspel muy buena que se introduce en la historia adecuadamente y hace muy agradable la película para quienes les gusta esta música. Las interpretaciones no son nada especial y solo se sale un poco de lo normal la actuación de la madre (Loretta Devine) que tiene un personaje especial en si mismo. En fin, película de las que se ve y se olvida al poco tiempo.