La película no pasa de ser un cuento fantasioso para adolescentes. Si no fuera por el tono desenfadado y el encanto personal de los actores sería un "thriller" psicológico paranoico. La idea no está mal pero tal como se desarrolla no es más que otra comedia de escolares pijos privilegiados americanos, que no tienen otra cosa que hacer que dedicarse a sus ligues por Instagram terminando en la cama, en lugar de al rendimiento en sus estudios. La trama no tiene ni pies ni cabeza, con abundancia de discursos pseudomoralistas y conflictividad generacional sentimentaloide de vía estrecha. Si esta es la visión del mundo medio juvenil actual, que Dios nos coja confesados. Por fortuna, este film no se lo cree ni el director.