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Voto de Lafuente Estefanía:
8
Western Mason y sus cuatro hijos, Gray, Wesley, Cain y Frank, antiguos soldados del ejército confederado, asaltan un banco en el pequeño pueblo de White Rock después de haber perdido su granja en la guerra. En pleno atraco y creyendo oír un clic sospechoso, Wesley se gira rápidamente y dispara mortalmente a un niño de nueve años que jugaba con una pistola de juguete. John y Nora Willoughby, los padres de la criatura, reaccionan de manera muy diferente. (FILMAFFINITY) [+]
14 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminada la guerra civil americana las heridas siguen abiertas en la zona del conflicto. Los Mason, por ejemplo, son confederados que lo han perdido todo y malviven a su pesar de lo que roban, "Por desgracia debemos vivir como bandoleros, pero no obrar como ellos".
El padre, Bedloe (Naish), trata de mantener la dignidad del grupo aunque sabe que "Huyendo y robando no es vida de familia". ¿Rebeldes sin causa o motivo?
En una situación límite como la que se encuentran la actitud de los hijos oscila entre el sentido de la responsabilidad de Gray (Cooper), la cobardía de Wesley (Smith), la ambición de Cain (Franck) o la templanza de Frank (Johnson, aquí infrautilizado).
Al otro lado el pueblo que no está dispuesto a tolerar violencias y menos de los sudistas, aunque cuentan con la formalidad y templanza del sheriff Russell (Griffith).
Excelente guion que en apenas hora y cuarto plantea una serie de cuestiones importantes:
- La huella que la guerra ha dejado en los niños que visten y juegan como soldados y disparan armas de juguete con pistones que semejan las verdaderas.
- La distinta actitud ante la muerte fortuita de un niño por los miembros del grupo del responsable. Quienes huyen y quienes desean permanecer para aclarar las circunstancias. Y la democrática toma de decisiones entre todos.
- La responsabilidad individual y colectiva ante los hechos violentos, tanto en el grupo rebelde como en el propio pueblo.
- El enfrentamiento que se da entre los padres del niño muerto. John Willoughby (Payne) es partidario de la venganza ciega mientras su esposa Nora (Roman) está convencida que ese no es el camino.
Western profundo y serio que aborda como vemos temas trascendentes. Con rigor.
Excelente también la realización que mantiene en todo momento la tensión sin que decaiga el ritmo ni la acción. Hay escenas tensas sobre todo las que enfrentan al marido con la esposa y con el joven Gray.
Como acertadamente señala Chulucu en su crítica, un western a paso seco, sin concesiones a la galería para que el propio espectador reflexione y saque sus conclusiones.
Buenas interpretaciones y buena fotografía.
Una de esas joyas que oculta el western y que merece una revisión. Muy recomendable.
Lafuente Estefanía
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