Pequeños capítulos de poco más de veinte minutos de duración cada uno, con una presentación inicial que nos dice que Rayo Silver, el caballo de "El llanero solitario" (Moore), es capaz de cabalgar a la velocidad de la luz.
En el llano como en la montaña, pero siempre en compañía de su fiel amigo Toro (Silverheels). Así que ni tan llanero ni tan solitario.
Bendita infancia en la que te tragas lo que sea, sobre todo si es la primera vez que lo ves en televisión.
Hemos vuelto a ver unos cuantos capítulos y nos hemos sonreído de la aquella credulidad.
Nada tienen que hacer los malos teniendo en frente a un superhéroe que dispara balas de plata.
Buenos muy buenos defensores de la ley, y malos muy malos que la conculcan. Sin términos medios ni matices, blanco o negro.
Claro que la poca duración de cada entrega no da para muchas explicaciones.
Tiempos felices de "Bonanza", "Bronco Ley", "Rintintín", "El llanero" y otros muchos héroes del Oeste televisado.
Teleserie muy extensa pero de escasa enjundia. Para nostálgicos.