Me ha costado, lo digo muy en serio: respirar profundamente e intentar seguir la partitura a su ritmo, sin meterle prisa ni dar nada por sentado. Y me ha costado por lo mucho que me he acostumbrado a consumir películas esperando que la calidad esté en tal o cual giro de guión. Vaya. La historia ya de entrada se ha contado mil veces... ¿Qué espera Cooper hacer a estas alturas?.

Es como ir a un garito a tomar una copa, sin saber de antemano que en el escenario alguien se prepara y lo hace para sorprenderte.
Y en unos tiempos como estos, en los que ,muchos jóvenes y no tan jóvenes, ni saben ni quieren saber tocar la guitarra o cualquier instrumento más allá de los acordes que necesitan para seguir el ritmo, o grabar una historia sin otro recurso principal que lo "estrafalario" o lo nuevo a toda costa. En los que nada suena a directo, que todo parece tener un toque de comida rápida y a android.

Pues con la misma cara y sensación con la que se quedó el personaje de Cooper al escuchar en ese local a Gaga, me he quedado viendo esta cinta.

Si una película se pudiera catalogar o si lo preferís, describir como "acústica", sería esta. Las cámaras, la iluminación, y ese sonido que te hacía casi oler el ambiente. Un guión sencillo sin muchas vueltas, pero con un toque de sinceridad, con momentos inolvidables y actuaciones conmovedoras por su calidad.
Es una cinta que quedará para mayor disfrute de un servidor para futuros visionados, en la estantería, junto a otras a las que les da igual cuanto tiempo pase; Das Boot, Desayuno con diamantes, La princesa prometida, Ha nacido una estrella...

Pero costó trabajo, deshacerse lo antes posible de las prisas y del mal gusto al que nos tienen acostumbrados desde hace ya demasiado tiempo... y disfrutarla.
Y he echado de menos y mucho un cigarrillo, como cuando pruebo un buen bourbon y por unos instantes lamento haber dejado de fumar...