Media votos
4,1
Votos
84
Críticas
82
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de nekoland:
5
5,7
4.178
Ciencia ficción. Drama
A sus 32 años, Marc Jarvis (Tom Hughes) padece una enfermedad terminal. Le queda un año de vida. Justo ahora que él y Naomi (Oona Chaplin) han empezado a construir una vida juntos. Por eso, incapaz de aceptar su final, Marc decide criogenizar su cuerpo con la esperanza puesta en el futuro. Más de sesenta años después, en 2084, se convierte en el primer hombre resucitado de la Historia, pero su resurrección no se producirá de la forma ... [+]
3 de mayo de 2017
47 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no me quedaba tan pendiente de una cinta de ciencia ficción, género al que amo. Pero según avanza la película de Mateo Gil, me va pareciendo que cada vez es menos ciencia ficción y más existencialismo. Entre otros motivos porque el tratamiento "futurista" es muy secundario para el director y además se ve que no es un género que le interese demasiado. Muchos clichés para salvar esa parte relacionada con la ciencia ficción y planos lamentables, ya no digamos los efectos especiales, o el atrezo (attrezzo en italiano) que está descuidado hasta decir basta. Pero uno se puede abstraer de esas nimiedades si la historia es buena. De lo que no puede librarse es de la certeza de que habría sido una gran cinta si el director no se hubiese traicionado a sí mismo. Es un trabajo tan "personal", partiendo de una premisa tan fuerte y contundente, que Mateo Gil ha perdido la batalla que estuviese librando con la historia. Y ese es el problema de la cinta y de las dos partes tan diferenciadas que la componen. Una primera; muy reflexionada y segura. Y una segunda llena de caos y dudas. Sigo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Partir de una premisa tan contundente, como el desahucio por parte de los médicos, que le conceden a lo mucho un año de vida, pasando por los tratamientos pertinentes, nada agradables, fue honesto por parte de Mateo Gil y a la vez, lo que ha traicionado su cinta. Es decir, el personaje, en la historia, está muerto, algo que puede aceptar o ante lo que revelarse en vista de las perspectivas que la ciencia le brinda. Y ahí comienza la confusión. A la que no ayuda estereotipos como que en el futuro el amor no existe, al menos el romántico, y que todos visten y se mueven y expresan como si tuviesen un palo por donde no he dicho.
¿Está abandonado al amor de su vida? La respuesta es bien simple: no. Es que se va a morir y punto, lo que claro, tiene dos lecturas; cuando ella al principio se lo hecha en cara. Y a ver, maja, egoísmo el tuyo, que aunque remota, él tiene una posibilidad, y después tú seguirás con tu vida.
Mateo Gil nos ha querido enfrentar a un dilema moral que no es tal. Es un dilema religioso. Al que se le ve el plumero de una forma demasiado obvia para mi gusto.
Y esas son malas armas para encajar la segunda parte de la cinta, la que trata de su "resucitación", en la que lo que nos encontramos es en realidad un cuadro de "depresión" de manual. Estaba deprimido al morir y al renacer. Ni más ni menos, lo que encaja perfectamente con el final y con el comentario del jefe del proyecto, que se disculpa por pasar por este tema... bueno, es que pasó casi totalmente del tema. Que ni una mala sesión de terapia le dieron al chico. En cuanto a lo de los "experimentos" pues una visión absurdamente moral, y me refiero a que es un sinsentido, hasta dentro de la religión.
En 1967 un cirujano sudafricano le propuso a un paciente realizarle un trasplante de coraźon. El primero de la historia, es decir, antes de eso, quizás lo hubiesen practicado con un gorrino, pero ya está. Y el enfermo estaba en la misma situación que nuestro protagonista: o esto, o la palmas, sí o sí. La intervención se llevó a cavo y aunque el paciente sobrevivió a la operación, pero murió 18 días después a causa de una infección (es decir, salió fallido en realidad). Y así ha sido la historia de la medicina desde siempre, y ahora no veo a muchos creyentes rechazando un trasplante, más bien rezándole a lo que le recen, para que les llegue un órgano.
Y el director se pierde en este dilema y deja a su audiencia sin saber qué pensar: A ver. ¿No quiere vivir porque no es con la calidad de vida que él hubiese deseado? ¿Quiere decir que si el médico le hubiese dado esa misma calidad de vida cuando el cáncer, la habría rechazado? Es cuando la parte de ciencia ficción, cojea y bastante con respecto a los resultados del proyecto y expectativas del protagonista. ¿Estás diciendo que si alguien no tiene una calidad de vida aceptable debe suicidarse? ¿Pero a la vez se lamenta de que quizás debió conformarse con lo que tenía hasta el final? ¿Le habría importado los intentos anteriores si él hubiese tenido un resultado perfecto? Es que parece la segunda parte un alegato al suicidio. Pero no, me quedo con la idea de que en realidad lo que tenía es una depresión de caballo. Porque si lo que le preocupaba es que su amor pasara por aquello, la cosa se complica y mucho. ¿Ella no tenía derecho a decidir qué hacer una vez resucitada? ¿Es la política de o perfecto no mejor nada? ¿No me reimplante el brazo doctor que ahora mismo los resultados no son exactamente los ideales? ¿Lo aprendido por los médicos con él, no servirá para que su chica tenga mejores expectativas?
Por todo esto, a pesar de que la narrativa de la primera parte me pareció estupenda, le doy un 10 por la primera parte y le resto un cinco por la segunda. Es decir: en el 5 que se queda.
¿Está abandonado al amor de su vida? La respuesta es bien simple: no. Es que se va a morir y punto, lo que claro, tiene dos lecturas; cuando ella al principio se lo hecha en cara. Y a ver, maja, egoísmo el tuyo, que aunque remota, él tiene una posibilidad, y después tú seguirás con tu vida.
Mateo Gil nos ha querido enfrentar a un dilema moral que no es tal. Es un dilema religioso. Al que se le ve el plumero de una forma demasiado obvia para mi gusto.
Y esas son malas armas para encajar la segunda parte de la cinta, la que trata de su "resucitación", en la que lo que nos encontramos es en realidad un cuadro de "depresión" de manual. Estaba deprimido al morir y al renacer. Ni más ni menos, lo que encaja perfectamente con el final y con el comentario del jefe del proyecto, que se disculpa por pasar por este tema... bueno, es que pasó casi totalmente del tema. Que ni una mala sesión de terapia le dieron al chico. En cuanto a lo de los "experimentos" pues una visión absurdamente moral, y me refiero a que es un sinsentido, hasta dentro de la religión.
En 1967 un cirujano sudafricano le propuso a un paciente realizarle un trasplante de coraźon. El primero de la historia, es decir, antes de eso, quizás lo hubiesen practicado con un gorrino, pero ya está. Y el enfermo estaba en la misma situación que nuestro protagonista: o esto, o la palmas, sí o sí. La intervención se llevó a cavo y aunque el paciente sobrevivió a la operación, pero murió 18 días después a causa de una infección (es decir, salió fallido en realidad). Y así ha sido la historia de la medicina desde siempre, y ahora no veo a muchos creyentes rechazando un trasplante, más bien rezándole a lo que le recen, para que les llegue un órgano.
Y el director se pierde en este dilema y deja a su audiencia sin saber qué pensar: A ver. ¿No quiere vivir porque no es con la calidad de vida que él hubiese deseado? ¿Quiere decir que si el médico le hubiese dado esa misma calidad de vida cuando el cáncer, la habría rechazado? Es cuando la parte de ciencia ficción, cojea y bastante con respecto a los resultados del proyecto y expectativas del protagonista. ¿Estás diciendo que si alguien no tiene una calidad de vida aceptable debe suicidarse? ¿Pero a la vez se lamenta de que quizás debió conformarse con lo que tenía hasta el final? ¿Le habría importado los intentos anteriores si él hubiese tenido un resultado perfecto? Es que parece la segunda parte un alegato al suicidio. Pero no, me quedo con la idea de que en realidad lo que tenía es una depresión de caballo. Porque si lo que le preocupaba es que su amor pasara por aquello, la cosa se complica y mucho. ¿Ella no tenía derecho a decidir qué hacer una vez resucitada? ¿Es la política de o perfecto no mejor nada? ¿No me reimplante el brazo doctor que ahora mismo los resultados no son exactamente los ideales? ¿Lo aprendido por los médicos con él, no servirá para que su chica tenga mejores expectativas?
Por todo esto, a pesar de que la narrativa de la primera parte me pareció estupenda, le doy un 10 por la primera parte y le resto un cinco por la segunda. Es decir: en el 5 que se queda.