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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
6
Drama Se termina el verano en un pueblo en Umbria, Italia. Gelsomina vive con sus padres y sus tres hermanas pequeñas en una granja destartalada, donde producen miel. Las chicas crecen al margen de la sociedad, pues su padre, que cree que se acerca el fin del mundo, prefiere que estén en contacto con la naturaleza. Sin embargo, las estrictas reglas que mantienen unida la familia se relajan con la llegada de Martin, un joven delincuente alemán ... [+]
8 de diciembre de 2014
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de haber tenido sensaciones encontradas al término de la película, es curioso el sabor que deja “Le meraviglie”, que fue premiada en los festivales de Cannes y Sevilla entre otros y por ahora, convirtiéndose para algunos críticos, sobre todo extranjeros, en un film de culto. Y no lo digo porque gire en torno al mundo de la apicultura y nos acabe empalagando, nada más lejos. A pesar de que en su narración, a veces, no se deje bien definidas las circunstancias y propósitos de los personajes más adultos, son las menores las verdaderas protagonistas, y ellas se mueven con desenvoltura en la historia que se plantea, cuya escritura puede parecer a ratos ilegible y en otras es transparente, pero lo que realmente importa, lo meritorio del guión son las sugerencias que la película en sí provoca.
Es como si se tratase de un relato íntimo, que se desarrolla en un paisaje rural, con un ambiente cercano al neorrealismo, pero con intenciones poéticas más que críticas. En Cannes, nada más empezar el orden de preguntas en la rueda de prensa, lo primero que aclaró Alice Rohrwacher, su directora, es que “Le meraviglie” no es un film autobiográfico, que es lo que puede sonar a priori con estos ingredientes y aunque ella se “haya encontrado” a algunos de esos personajes a lo largo de su vida. Sus momentos más íntimos o poéticos son más estéticos que nostálgicos, por lo que no se ve ni con pesadumbre ni de forma trágica. El hecho de que en el entorno donde se desarrolla (sobre todo se rodó en la Toscana) casi no aparezcan aparatos tecnológicos, donde reina el campo, los animales… puede chocar a un público habituado a una vida de ciudad frenética o al cine comercial. Se trata de un film cercano a una austeridad y a un “primitivismo” al que pocos hoy día se adentran. Por ello nos ha evocado al cine de Olmi o los Taviani pero visto con una perspectiva de Tanner, más que al Rossellini que a ella le gustaría parecerse. Se nota un punto germano (o suizo) mezclado con un punto italiano, y no lo digo porque en su versión original se manejen ambas lenguas, sino porque queda reflejado tanto en su historia como en su tratamiento visual.
Uno de los momentos más frescos, que a su vez ubica al espectador en qué época se desarrolla la acción, es su breve secuencia, donde Gelsomina y su hermana hacen el playback del tema “T´Appartengo”, siguiendo la coreografía de la propia Ambra Angiolini, incógnita que no se nos aclara cómo se la saben. Pero bueno, son dudas leves. Sus actores, sobre todo las menores, hacen un buen trabajo, donde la naturalidad prima sobre la simpatía, incluyendo a la Bellucci en un breve cometido pero más enjundia de lo que puede parecer. Espero que no se la compare con “El apicultor” o sobre todo con “El espíritu de la colmena. Todas se engloban dentro del mismo mundo pero nada les une, incluso convendría aclarar que su directora descubre tardíamente el film de Erice, ya habiendo acabado “Le meraviglie”, una película inusual, con momentos como hemos dicho, logrados y que hace que veamos en Rohrwacher una directora que en un futuro podría brindarnos más sorpresas.
Maggie Smee
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