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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
2
Comedia. Drama Verano de 1910. Varios turistas han desaparecido en las playas de Costa Canal, y los inspectores Machin y Malfoy descubren que el epicentro de estas misteriosas desapariciones es la Bahía Slack, lugar donde el río Slack y el mar se unen sólo durante la marea alta. Es en esa zona donde vive una pequeña comunidad de pescadores como la familia Bréfort, liderada por el padre al que apodan “El Eterno”, quién hace lo que puede con sus ... [+]
22 de abril de 2017
30 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal y como había comenzado la película, una expresiva espectadora (y también maleducada) se reía, vociferando: “¿Pero por qué se cae todo el mundo?” y, al poco tiempo, “¿Pero por qué andan así?”. El jolgorio fue decreciendo, no hizo falta hacerla callar, y la señora en cuestión acabó en silencio, se perdió. Y creo que eso es lo que le puede pasar a la mayoría de los espectadores si la aguantan al completo. En mi caso no fue así, fue peor, ya que “La alta sociedad” me ha supuesto una decepción desde su inicio, porque me veía venir lo que pretendía. Y no es porque tuviera altas expectativas, nunca tengo una idea preconcebida de ninguna película, la verdad, pero en resumidas, desde el principio me resultó una propuesta fallida, considerándola una lujosa “boutade”, nada inteligente, pretenciosa y cargante.

“La alta sociedad” tiene sus defensores entre público y crítica, consiguió llevarse premios en el Festival de cine de Sevilla tras pasar por Cannes, e incluso obtuvo nueve nominaciones en los Césars del cine galo. El planteamiento era muy arriesgado: comedia negra surrealista, con personajes excéntricos y casi caricaturescos, contando con un guión ambicioso al intentar imprimir también cierta crítica político/ social, y, sobre todo una dirección en la que recaía toda la responsabilidad por parte de Bruno Dumont. Y eso es lo que ha ocurrido, que le ha venido muy grande.

En estos casos, cuando llueven palos, como siempre, le caen a los que dan la cara, es decir, a los actores. Y aunque estén todos olvidables no sería justo que ellos paguen los platos rotos. No voy a poner en tela de juicio la profesionalidad de su reparto, es más, han acatado su cometido defendiéndolo a capa y espada, pero repito, su labor acaba resultando grotesca y vomitiva, convirtiéndose más que en unos tocapelotas en unos rompepelotas. A pesar de su envoltorio, como por ejemplo buena banda sonora, precioso vestuario, conseguidos efectos visuales o cuidada fotografía en parajes bonitos hay otros factores, como sus efectos de sonido, que ayudan a la irritación, usurpando efectos creados por el legendario Jacques Tati, pero a mucha distancia de él, mire como se mire.

“La alta sociedad” posee un estúpido sentido del humor, bastante naif y reiterativo, simbolizando el mejor ejemplo de que un film lo levanta o lo hunde su director, y para mí, Dumont la ha cagado a más no poder. Para los que no conozcan demasiado las obras teatrales puede que le encuentren cierto atractivo, lo digo por los comentarios positivos que he encontrado, pero para mí, que me chupado vodevil, comedia surrealista y sobre todo Commedia dell´Arte por un tubo, veo la simiente de donde parte, y todo en el film es un error. Para colmo, Dumont no ha sido capaz de crear el universo necesario para que desenvolviera la acción. Y es que Dumont no es, por ejemplo, un Fellini. Sus personajes oscilan en un espacio vacío, sin identidad, entre chistecito o gracietas de cuarta y no se termina por contar nada, dando vueltas sobre lo mismo durante dos horas. Se podría haber valorado que no es la típica comedia comercial chiclosa, de gusto o de moral dudosa, pero da igual, porque estamos ante una mala película, sin nada de inteligencia e irritante como ella sola.
Maggie Smee
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