La película se compone de varias historias independientes sobre algunos tópicos asociados con los judíos. Todas las sub-tramas finalizan con un monólogo del protagonista desde el diván de su terapeuta.

No queda claro qué intentaba el director con esta película, pero sí parece obvio que no lo ha logrado. Probablemente la intención era realizar una cinta cómica y de hecho en ciertos momentos consigue hacer reír. En cambio durante la mayor parte del tiempo resulta insulsa y parece navegar sin rumbo. Incluso alguna de las historias deja un regusto amargo. Las divagaciones del protagonista, presuntamente grandilocuentes, se hacen monótonas y carentes de profundidad.

Se salva gracias a algunas escenas delirantes que consiguen arrancar una carcajada, pero poco más.