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Voto de Cinemagavia:
6
Comedia. Fantástico Claire es una joven que trabaja en el hotel de su difunto padre, que ahora dirige su madrastra Maud. De gran belleza, Claire provoca sin querer unos celos incontrolables en Maud cuando su joven amante cae rendido ante los encantos de su hijastra. Maud decide entonces desprenderse de Claire, pero ésta encontrará refugio en una granja donde tendrá la oportunidad de olvidarse de la estricta educación que ha recibido conociendo a siete príncipes. (FILMAFFINITY) [+]
16 de mayo de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Blancanieves, la madrastra bruja y los siete enanitos

No esperes encontrarte en Blanca como la nieve con una adaptación fiel del cuento de Blancanieves de los Hermanos Grimm. La directora franco-luxemburguesa Anne Fontaine reinterpreta el cuento a su manera, llevándolo al tiempo presente y utilizando una perspectiva de ideología de género. Todo el cine de Fontaine tiene un componente de reivindicación feminista, pero lo hace siempre desde una óptica que se sale de lo habitual, Por eso aquí, su discurso puede llegar a ser malinterpretado.

Convierte a la bellísima actriz Lou de Laâge, con la que ya trabajó en Las Inocentes (2016), en su Blancanieves particular. De apariencia virginal y virtuosa, será una mujer que descubrirá el poder que ejerce sobre los hombres a través de su sexualidad, para alcanzar su propia felicidad. La dama del cine francés, Isabelle Huppert, interpreta a la malvada madrastra y bruja del cuento. Sofisticada y fría, su obsesión por los espejos le descubre sus arrugas. No puede soportar que su marido se sienta más atraído por su hijastra y decidirá tomar medidas drásticas.

También aparecen los siete enanitos del cuento. Aquí convertidos en siete hombres que se enamoran de Claire, que es como se llama aquí esta Blancanieves para adultos. Son siete hombres que no están mermados en estatura, sino en su capacidad emocional y de raciocinio ante la presencia de la exuberante mujer recién llegada al pueblo.

*Ridiculiza la masculinidad posesiva

Blanca como la nieve es una película curiosa, extraña y un poco absurda. Tiene algunas buenas ideas y resulta entretenida, sin embargo, la sensación general es de divertimento insustancial. Se queda más en la anécdota que en destripar verdaderamente el cuento original desde esa perspectiva de género que comentaba antes. El retrato que hace Fontaine de esos siete hombres (ocho si incluimos al padrastro), le sirve para ridiculizar la masculinidad tóxica y la necesidad posesiva del hombre hacia la mujer.

Por eso extraña un poco la forma en que aborda las escenas de sexo. El cuerpo desnudo de Lou de Laâge, se muestra sin pudor y con la apariencia sensual de una fruta prohibida. Pero no sucede lo mismo con el cuerpo de sus amantes masculinos que no muestran ni un milímetro de su piel. Ese desequilibrio epidérmico, puede provocar una sensación contradictoria al mensaje que se busca dar. Algunos podrían llegar a ver como algo misógino el acto de que esa mujer se entregue con tanta facilidad a todos los hombres que se cruzan en su camino.

Fontaine creo que busca todo lo contrario. Nos habla sobre la liberación sexual de la mujer, sobre la libertad de utilizar su cuerpo más allá de las convenciones sociales y de las perspectivas sociales del patriarcado. Esa mujer no va a esperar el beso de un príncipe para despertarse de su letargo como en el cuento. Ella los quiere todos, es quien decide y elige. Sin embargo, el tono de comedia ligera que la directora utiliza, oculta su mensaje en una historia que no trasciende más allá de su visionado.

*Conclusión

Blanca como la nieve es una comedia francesa dirigida por Anne Fontaine que nos propone una revisión del cuento clásico de Blancanieves de los Hermanos Grimm. Lo hace trasladando la acción al presente y desde una perspectiva con acento feminista. Está protagonizada por las actrices Lou de Laâge, como una Blancanieves moderna y liberada sexualmente, e Isabelle Huppert, como madrastra y bruja sofisticada. Junto a ellas, un buen puñado de actores conocidos del cine francés que se pone en la piel de los enanitos, convertidos aquí en siete hombres bastante ridículos.

Es un film visualmente muy correcto, con una fotografía de Yves Angelo que utiliza la difuminación de la imagen y los colores vivos para darle ese aspecto de cuento, enmarcado en un entorno rural muy bonito. Por lo demás, el guion no profundiza más allá de la anécdota y da la impresión que las guionistas se han divertido más escribiéndolo que lo que hará el público viendo la película.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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