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Voto de davilochi:
9
5,4
294
Documental Documental producido para la fundación We Are Water, sobre el desastre ecológico del Mar de Aral, en Asia Central. Aral era, hace apenas 50 años, el cuarto lago más grande del mundo, con 66.000 kilómetros cuadrados. Hoy es un inmenso desierto con esqueletos de barcos varados en sus arenas. (FILMAFFINITY)
27 de marzo de 2011
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de haber tenido la oportunidad de ver el fantástico documental realizado por Isabel Coixet hay dos cosas que me desconciertan: la calificación media obtenida por éste en FilmAffinity y el hecho de que fuera emitido en la 2 de RTVE en la medianoche de un jueves cualquiera. En esto último no voy a entrar porque creo que no tiene remedio, simplemente agradecer a quien tuvo la bondad de emitirlo, aunque fuera en un horario de pena (no sé si llegaría al 1% del share en ese momento). Sin embargo quiero entrar al trapo con el tema de la calificación media.

Para nada me considero una persona estrecha de miras incapaz de soportar puntos de vista discordantes con el mío, pero es que resulta que lo que siento al ver el documental de Isabel Coixet y lo que refleja que han sentido todos aquellos que lo han visto (dada su nota media) entra en conflicto. Desde mi punto de vista, lo que suscita esta cinta tan necesaria son sentimientos universales: empatía, nostalgia por lo perdido, rabia, impotencia, dolor, vacío y un largo etcétera. Quizás, considerar que lo que a mí me suscita este documental haya de ser universal “per se” sea producto del más agudo e incurable egocentrismo. No lo sé.

El mar de Aral fue en su momento la cuarta reserva de agua dulce del planeta en mitad del inmerso desierto de Asia Central: éste ha sido alimentado desde hace más de diez mil años por los ríos Amu Daria y Sir Daria. El mar hizo posible que en medio de un paisaje inhóspito surgiera la vida, así éste se convirtió en fuente de recursos pesqueros y en parte decisiva del horizonte mental y experiencial de los habitantes de la región. Creo que todo esto es magistralmente destacado por la obra de Coixet quien, desde mi punto de vista, raya a un nivel altísimo a la hora de mostrarnos la tragedia que tuvo lugar allí. Y es que a esta directora siempre le tiran las historias más crudas, pero estas siempre son mostradas al espectador con elevadas dosis de lirismo y poética; valgan como ejemplo la banda sonora de este documental o las imágenes en sepia en referencia al pasado, las cuales nos traen a la memoria “El espejo” de Tarkovski, un director muy conectado con la dimensión espiritual del hombre. Precisamente eso es lo que pretende Coixet: conectar con el vacío que el mar ha dejado en el universo mental de los que antaño se bañaban en éste, descubrieron el primer amor junto a él o empezaban el día desperezándose frente a esa hermosa masa de agua dulce que surgía imperturbable en mitad del desierto como si de un milagro se tratara. Hombres y mujeres que conectan sus recorridos vitales con la presencia omnipresente del mar como un protagonista vital que articulaba y daba sentido a sus vidas se vieron obligados a ver cómo día a día se iba marchando hasta perderse todo rastro de éste en el horizonte. Desde el momento en que el mar desapareció todos ellos quedaron condenados al destierro de su memoria, de lo que un día fue.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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