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Voto de Kaufman:
7
6,8
64.997
Drama. Intriga
William Harford es un respetable médico neoyorquino cuya vida parece ir muy bien: está casado con una preciosa mujer, tiene una hija y un trabajo que le gusta. Pero, al día siguiente de asistir a una fiesta, su esposa Alice le habla de unas fantasías eróticas y de cómo estuvo a punto de romper su matrimonio por un desconocido. Abrumado por esta confesión, acaba entrando en un local, donde un antiguo compañero le habla de una ... [+]
15 de febrero de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película curiosa que sin entenderla me daba pesadillas cuando era pequeño y ahora que soy mayor me deja con el culo torcido. Como detalle positivo daré que es el único guión que recuerde acabe con una de mis palabras favoritas de la lengua inglesa. Pero bueno, lo importante es entender la idea fundamental, que procedo a explicar a continuación.
(El título de la crítica hace referencia a la nota con la que Kubrick le da tanto suspense a la peli,aunque no sé solfeo y seguramente me equivoque).
(El título de la crítica hace referencia a la nota con la que Kubrick le da tanto suspense a la peli,aunque no sé solfeo y seguramente me equivoque).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pues bien, esta película trata sobre un hombre que quiere mojar el churro. Así de simple. Y lo vemos a lo largo de toda la película. Al principio lo intenta con dos tigresas, pero le sale una paciente con sobredosis y lo tiene que dejar (también se plantea tener sexo con ésta, pero razones evidentes, como el hombre mirando, se lo impiden).
Es entonces cuando lo consigue con su mujer, pero ya no le satisface.Después en la consulta llega otra candidata, pero la enfermera vigilante no le deja. La mujer le cuenta que hubo un Popeye en algún momento de su vida y vemos cómo surge hasta un lado voyeur en la cabeza de nuestro simpático protagonista mojigato con deseo adolescente que le perseguirá por el resto del metraje. Hay un telefono oportuno y sale disparado a los brazos de una mujer que acaba de quedar huérfana y tiene ganas de juerga. No obstante el azar no es con nuestro pobre Bill, y el novio llega a tiempo para impedir que pase nada.
De vuelta a casa Ojoloco Cruise no puede con la tienda de campaña que lleva montada y decide acabar con el asunto al viejo estilo de camino-haciéndome-el-longuis-por-esta-calle-que-tiene-buen-aspecto-y-a-ver-qué-pasa. Parecería obvio que había dado con la solución. Pero Kidman, que no es tonta del todo, algo se huele y ¡pum!, gatillazo para nuestro Chicho Terremoto que paga y se va con el rabo entre las piernas.
Una conversación y una birra le llevan a la mansión de sus sueños esperando un poco de waka-waka, pero una mujer con 10 veces el apetito del prota evitará que éste se salga con la suya. Primero se entrometerá con la que se lo quiere llevar a un sitio más privado, y por segunda vez cuando pillan a Tommy y le quieren hacer quitarse la ropa con 100 hombres a su alrededor. A estas alturas hemos sobrepasado la mitad de la película sin éxito (parece que no se puede permitir el lujo de elegir) y pensando:"a caballo regalado...", el tierno prota se va a poner a ello cuando la pesada de antes decide acapararlos a todos y le deja con escarcha en el pelo. Para más "inrri" la meretriz nº 2 le da otro remeneo y le sube otros graditos más la temperatura intragallumbera
Finalmente en su desesperación Tom Nodoyuna pasa por la morgue a ver qué se cuece y en el último momento(ya se inclinaba hacia la difunta) se da cuenta de que para todo hay un límite, por lo que decide volver llorando a casa a contarle sus frustraciones a Nic. A la mañana siguiente toca sacar a la niña de compras y Tommy Bravo va cruzado de brazos conteniendo al saiyan que lleva dentro. En el diálogo final se autocondena a una monogamia perpetua(lo que sea con tal de asegurar), a lo que la rubia contesta: "tasca el freno Filomeno", pero decide aún así librarle de sus penas por el momento.
Una clara oda a la pubertad y la lucha infinita por conquistar al sexo opuesto.
Es entonces cuando lo consigue con su mujer, pero ya no le satisface.Después en la consulta llega otra candidata, pero la enfermera vigilante no le deja. La mujer le cuenta que hubo un Popeye en algún momento de su vida y vemos cómo surge hasta un lado voyeur en la cabeza de nuestro simpático protagonista mojigato con deseo adolescente que le perseguirá por el resto del metraje. Hay un telefono oportuno y sale disparado a los brazos de una mujer que acaba de quedar huérfana y tiene ganas de juerga. No obstante el azar no es con nuestro pobre Bill, y el novio llega a tiempo para impedir que pase nada.
De vuelta a casa Ojoloco Cruise no puede con la tienda de campaña que lleva montada y decide acabar con el asunto al viejo estilo de camino-haciéndome-el-longuis-por-esta-calle-que-tiene-buen-aspecto-y-a-ver-qué-pasa. Parecería obvio que había dado con la solución. Pero Kidman, que no es tonta del todo, algo se huele y ¡pum!, gatillazo para nuestro Chicho Terremoto que paga y se va con el rabo entre las piernas.
Una conversación y una birra le llevan a la mansión de sus sueños esperando un poco de waka-waka, pero una mujer con 10 veces el apetito del prota evitará que éste se salga con la suya. Primero se entrometerá con la que se lo quiere llevar a un sitio más privado, y por segunda vez cuando pillan a Tommy y le quieren hacer quitarse la ropa con 100 hombres a su alrededor. A estas alturas hemos sobrepasado la mitad de la película sin éxito (parece que no se puede permitir el lujo de elegir) y pensando:"a caballo regalado...", el tierno prota se va a poner a ello cuando la pesada de antes decide acapararlos a todos y le deja con escarcha en el pelo. Para más "inrri" la meretriz nº 2 le da otro remeneo y le sube otros graditos más la temperatura intragallumbera
Finalmente en su desesperación Tom Nodoyuna pasa por la morgue a ver qué se cuece y en el último momento(ya se inclinaba hacia la difunta) se da cuenta de que para todo hay un límite, por lo que decide volver llorando a casa a contarle sus frustraciones a Nic. A la mañana siguiente toca sacar a la niña de compras y Tommy Bravo va cruzado de brazos conteniendo al saiyan que lleva dentro. En el diálogo final se autocondena a una monogamia perpetua(lo que sea con tal de asegurar), a lo que la rubia contesta: "tasca el freno Filomeno", pero decide aún así librarle de sus penas por el momento.
Una clara oda a la pubertad y la lucha infinita por conquistar al sexo opuesto.