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Voto de vircenguetorix:
6
6,7
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Drama. Romance
París, 1928. Tras la Revolución Rusa de 1917 y, después de varios años de exilio, un grupo de súbditos leales al zarismo sigue buscando el rastro de la Gran Duquesa Anastasia, la única superviviente de la matanza de Ekaterimburgo (1918), ciudad donde los bolcheviques de Lenin acabaron con la dinastía de los Romanov. (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2009
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en abril de 2008, se publicaron los resultados definitivos de las diferentes pruebas de ADN a los restos de los cuerpos, que diez años antes se habían anunciado como los de la princesa Anastasia Nikoláyevna, las dudas sobre su asesinato junto con el del resto de la familia imperial rusa en Ekaterimburgo, ponían su punto final.
Y es que durante demasiadas décadas, el mundo tuvo que soportar a un gran número de granujas que esencialmente querían hacerse con un premio de más de diez millones de libras que se encontraba en el Banco de Inglaterra al nombre de los Romanov.
Es verdad que en 1956, cuando el director Anatole Litvak estrenó “Anastasia” todavía quedaban algunas dudas e interrogantes –provocado por varias charlatanas y algunos interesados más que otra cosa- pero aún así no justifica algunas decisiones, que más tarde abordaremos.
“Anastasia” es una de las grandes películas familiares que se hicieron a finales de los años 50, con calidad y todo tipo de lujos. El proyecto contaba con dos refugiados del comunismo, el propio director ucraniano Litvak y el actor ruso Yul Brynner, que abandonaron de niños con su familia su país de origen.
Además contaba con la emotividad del regreso de Ingrid Bergman, que volvía al cine anglosajón después de su etapa rebelde y mediterránea con Rossellini. Su Oscar, más que un premio a una gran interpretación, era un mensaje a todas las estrellas de Hollywood: “Aquí se os quiere, no os vayáis”. Si se hubiese sido justo lo merecía mucho más Helen Hayes, en el papel de abuela de Anastasia, al menos el Oscar a mejor actriz secundaria.
La película que analizamos tiene una factura impecable, detalles muy cuidados, grandes actores y una banda sonora de Alfred Newman muy buena, pero con todo y con eso el devenir de toda la trama termina por meterse en un callejón sin salida que termina por explotar en la cara al guionista.
Sigue en spoiler
Y es que durante demasiadas décadas, el mundo tuvo que soportar a un gran número de granujas que esencialmente querían hacerse con un premio de más de diez millones de libras que se encontraba en el Banco de Inglaterra al nombre de los Romanov.
Es verdad que en 1956, cuando el director Anatole Litvak estrenó “Anastasia” todavía quedaban algunas dudas e interrogantes –provocado por varias charlatanas y algunos interesados más que otra cosa- pero aún así no justifica algunas decisiones, que más tarde abordaremos.
“Anastasia” es una de las grandes películas familiares que se hicieron a finales de los años 50, con calidad y todo tipo de lujos. El proyecto contaba con dos refugiados del comunismo, el propio director ucraniano Litvak y el actor ruso Yul Brynner, que abandonaron de niños con su familia su país de origen.
Además contaba con la emotividad del regreso de Ingrid Bergman, que volvía al cine anglosajón después de su etapa rebelde y mediterránea con Rossellini. Su Oscar, más que un premio a una gran interpretación, era un mensaje a todas las estrellas de Hollywood: “Aquí se os quiere, no os vayáis”. Si se hubiese sido justo lo merecía mucho más Helen Hayes, en el papel de abuela de Anastasia, al menos el Oscar a mejor actriz secundaria.
La película que analizamos tiene una factura impecable, detalles muy cuidados, grandes actores y una banda sonora de Alfred Newman muy buena, pero con todo y con eso el devenir de toda la trama termina por meterse en un callejón sin salida que termina por explotar en la cara al guionista.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Me explico con una pregunta: ¿Es “Anastasia” una película romántica? La respuesta es no. Es decir, tiene que parecer romántica porque es la única forma que se puede la trama tal y como se desarrolla.
El final de “Anastasia” es probablemente el menos malo que al que se podía optar, pero no deja por ello de ser estúpido, inverosímil y abrupto.
La película quiere hacernos creer que la verdadera Anastasia desaparece del mapa por amor cuando se está a punto de reconocerla como heredera y sucesora de los Romanov... vamos no se lo cree ni el que lo escribió. Si la señorita Anna Anderson estuvo más de cuarenta años de juicios para que le dieran lo único que buscaba, la pasta.
Venga ya, “Anastasia” es una película política e ideológica ante todo, que tiene necesariamente que incluir una historia de amor para tener sentido –poco, la verdad-, pero que no trataba más de dejar una puerta abierta a la lucha contra el comunismo de la URSS, planteando la fantasía de una sucesora de la familia real viva. Así de claro. Por ello el resultado del film es al mismo tiempo atolondrado y memo, como bello y hermoso.
Nota: 6,2.
El final de “Anastasia” es probablemente el menos malo que al que se podía optar, pero no deja por ello de ser estúpido, inverosímil y abrupto.
La película quiere hacernos creer que la verdadera Anastasia desaparece del mapa por amor cuando se está a punto de reconocerla como heredera y sucesora de los Romanov... vamos no se lo cree ni el que lo escribió. Si la señorita Anna Anderson estuvo más de cuarenta años de juicios para que le dieran lo único que buscaba, la pasta.
Venga ya, “Anastasia” es una película política e ideológica ante todo, que tiene necesariamente que incluir una historia de amor para tener sentido –poco, la verdad-, pero que no trataba más de dejar una puerta abierta a la lucha contra el comunismo de la URSS, planteando la fantasía de una sucesora de la familia real viva. Así de claro. Por ello el resultado del film es al mismo tiempo atolondrado y memo, como bello y hermoso.
Nota: 6,2.