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Voto de vircenguetorix:
8
6,7
1.197
Drama. Intriga
Mussolini, furioso tras veinte años de infructuosos combates entre sus tropas y los beduinos libios, ordena al general Graziani capturar al líder de los rebeldes: Omar Mukhtar. La arrogancia del general fascista choca con el idealismo del líder libio. Tras una grave derrota de las tropas italianas, empieza el reinado del terror: los soldados italianos reciben órdenes de atacar no sólo a la guerrilla, sino también a la población civil. A ... [+]
28 de abril de 2007
56 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de haber rodado en Libia la magnífica “El Mensajero”, el productor- de la saga “Halloween”- y director sirio Moustapha Akkad se enamoró de dicho país y debido a las facilidades que ofreció el régimen de Muammar al-Gaddafi se decidió a rodar una película sobre la lucha por la independencia de aquel pueblo contra las tropas extranjeras. Y claro en ese momento aún el gobierno Libio no era enemigo número 1 de los EE.UU –que comenzaría en 1981 con la era Reagan- por lo que Hollywood puso mucho de su parte en la película. Además como el enemigo eran los italianos y encima fascistas, todos tan contentos, evidentemente no hubiera sido posible este tipo de película sobre la ocupación francesa del Magreb o mucho menos sobre la británica de Egipto, ya que los americanos no hubieran visto políticamente incorrecta, por eso cuando vemos a los anglosajones habitualmente entre árabes buscan un enemigo común como alemanes o turcos, tal y como hacen películas como “Lawrence de Arabia” porque ellos, claro está, nunca cometieron crímenes de guerra.
La película estuvo prohibida en Italia durante muchos años, en realidad todavía no se emite por las cadenas y es complicada de encontrar allí en las tiendas; la historia contiene algunos errores históricos poco importantes, como que el general Graziani no fue nombrado Gobernador de Libia hasta 1940 y no era por tanto ese cargó el que ocupaba cuando se enfrentó al líder libio Omar Mukhtar.
Lo más flojo como suele pasar en las películas excesivamente maniqueas es el guión; por supuesto que el ejército fascista italiano preparó masacres tras masacres, pero la presentación excesivamente bondadosa de los patriotas libios como hombres de honor que no matan prisioneros es falaz y bastante malintencionada históricamente ya que por supuesto que torturaron y mataron a sangre fría como todo pueblo y nación que entra en guerra y ellos no fueron ninguna excepción. Mal en ese sentido por generar cierta xenofobia hacia occidente muy del gusto del panarabismo de la época.
Otro problema del guión es que para el gusto de muchos –y muchas sobre todo- las secuencias son básicamente bélicas, e incluso a medida que avanza la película tenemos más y más batallas y escenas bélicas, pudiendo un tanto agotar.
En este sentido tiene claras influencias de “Patton” en la planificación de las batallas y forma de rodar de Akkad, aunque a su vez “El león del desierto” ha influido en otras películas más recientes como “El pianista” de Polanski” –no hay más que ver los ejecutamientos sumarísimos para ver escenas calcadas-
Pero al margen de cuestiones de gustos o de opiniones ideológicas, que toda obra contiene, debo decir que esta es una película muy recomendable y que hay que reivindicar por varias cuestiones, una de ellas porque tiene uno de los mejores diseños de vestuario que he visto nunca en mi vida y algunos diseños de producción en relación con la ingeniería militar de la época casi perfectos.
La película estuvo prohibida en Italia durante muchos años, en realidad todavía no se emite por las cadenas y es complicada de encontrar allí en las tiendas; la historia contiene algunos errores históricos poco importantes, como que el general Graziani no fue nombrado Gobernador de Libia hasta 1940 y no era por tanto ese cargó el que ocupaba cuando se enfrentó al líder libio Omar Mukhtar.
Lo más flojo como suele pasar en las películas excesivamente maniqueas es el guión; por supuesto que el ejército fascista italiano preparó masacres tras masacres, pero la presentación excesivamente bondadosa de los patriotas libios como hombres de honor que no matan prisioneros es falaz y bastante malintencionada históricamente ya que por supuesto que torturaron y mataron a sangre fría como todo pueblo y nación que entra en guerra y ellos no fueron ninguna excepción. Mal en ese sentido por generar cierta xenofobia hacia occidente muy del gusto del panarabismo de la época.
Otro problema del guión es que para el gusto de muchos –y muchas sobre todo- las secuencias son básicamente bélicas, e incluso a medida que avanza la película tenemos más y más batallas y escenas bélicas, pudiendo un tanto agotar.
En este sentido tiene claras influencias de “Patton” en la planificación de las batallas y forma de rodar de Akkad, aunque a su vez “El león del desierto” ha influido en otras películas más recientes como “El pianista” de Polanski” –no hay más que ver los ejecutamientos sumarísimos para ver escenas calcadas-
Pero al margen de cuestiones de gustos o de opiniones ideológicas, que toda obra contiene, debo decir que esta es una película muy recomendable y que hay que reivindicar por varias cuestiones, una de ellas porque tiene uno de los mejores diseños de vestuario que he visto nunca en mi vida y algunos diseños de producción en relación con la ingeniería militar de la época casi perfectos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Además un clásico como el fotógrafo Jack Hildyard (“Enrique V”, “La batalla de las Árdenas”, “Anastasia” obtiene unos colores amarillentos del desierto que no se veían desde tiempos de David Lean, y hablando de esa misma película que tienen en mente, el compositor Maurice Jarre también hace aquí la banda sonora regalándonos –una vez más- poesía para nuestros oídos.
Pero lo mejor es el magnífico duelo interpretativo de Anthony Quinn, que hace uno de sus mejores papeles de la última etapa, en un personaje que le viene al pelo, y sobre todo me encandila un Oliver Reed, que está inmenso como General Graziani, y que en cada plano que aparece sale hecho un pincel. Una lástima que este actor nunca se aprovechase como debería haberse hecho. Yo le pondría en mi top ten de actores infrautilizados y menos aprovechados de la historia del cine norteamericano. Luego estupendos secundarios como Irene Papas, Rod Steiger que lo borda haciendo de Mussolini o el magnífico actor italiano Raf Vallone, que luchó contra el fascismo y aquí es de los pocos transalpinos que trabajaron en la película.
Aventuro que en los próximos años está película tendrá más salida, sobre todo ahora que Muammar al-Gaddafi ha vuelto al redil y la administración americana empezará a promocionar el turismo y los hoteles en Libia en los próximos años, y está película será “recuperada” por algún crítico de Nueva York de turno, haciendo que muchos la descubran de pronto y les guste.
Si fuera libio la pondría un diez, pero como soy español le pongo un ocho.
Por cierto ea ea ea el Pucela a primera.
Pero lo mejor es el magnífico duelo interpretativo de Anthony Quinn, que hace uno de sus mejores papeles de la última etapa, en un personaje que le viene al pelo, y sobre todo me encandila un Oliver Reed, que está inmenso como General Graziani, y que en cada plano que aparece sale hecho un pincel. Una lástima que este actor nunca se aprovechase como debería haberse hecho. Yo le pondría en mi top ten de actores infrautilizados y menos aprovechados de la historia del cine norteamericano. Luego estupendos secundarios como Irene Papas, Rod Steiger que lo borda haciendo de Mussolini o el magnífico actor italiano Raf Vallone, que luchó contra el fascismo y aquí es de los pocos transalpinos que trabajaron en la película.
Aventuro que en los próximos años está película tendrá más salida, sobre todo ahora que Muammar al-Gaddafi ha vuelto al redil y la administración americana empezará a promocionar el turismo y los hoteles en Libia en los próximos años, y está película será “recuperada” por algún crítico de Nueva York de turno, haciendo que muchos la descubran de pronto y les guste.
Si fuera libio la pondría un diez, pero como soy español le pongo un ocho.
Por cierto ea ea ea el Pucela a primera.