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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
8
Drama El periodista alemán Felix Winter recorre los Estados Unidos buscando temas para escribir un libro, pero como ni siquiera consigue empezarlo, su editor cancela el contrato. Cuando decide regresar a Alemania, conoce en el aeropuerto a una mujer, y como no hay vuelos hasta el día siguiente pasa la noche con ella. La mujer desaparece, pero le deja un recado: que vaya con su hija Alicia, de nueve años, a Amsterdam para reunirse con ella. (FILMAFFINITY) [+]
26 de octubre de 2008
73 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
1)
Cada plano está pensado con el mimo del que quiere exprimir, del espacio, el detalle. Multitud de casi imperceptibles soluciones visuales; tics típicos y tópicos del estudiante de cine o del pionero de iniciativas vanguardistas (como es el caso) que reclaman nuestra atención al principio del metraje.

Esos recursos de realizador de culo inquieto, que quiere abarcarlo todo, se funden con el trabajo de una fotografía de poco presupuesto −de ajustada luz y ajustado blanco y negro− que traza la melancolía de los paisajes y los interiores. Luego, a medida que avanza la historia, el quid de las escenas muda su centro gravitatorio a un trabajo de dirección de actores basado −eso cuentan− en el dejar hacer a ver qué sale; en cierta libertad, que no total improvisación, para llegar a buen puerto entre todos sin un guion férreo al que atenerse. La cinta en ese sentido ofrece dos partes que no por azar parecen diferentes.

2)
Wim Wenders busca en las cosas, en el espacio (ya lo explicita su personaje con la palabra, pero tampoco hacía falta). Busca esa corriente que se manifiesta en las urbes vacías, la lluvia y los aviones apátridas. Porque detrás de todo eso debe haber algo que sujete la realidad de alguna forma, que le dé sentido. Así lo reclama el alemán con su cámara. Debe quedar algo de nuestra mirada o de las sensaciones con que recibimos esos espacios, la presencia de ciudades que empiezan en otras ciudades.

Debe aparecer en el fotograma o en la polaroid el surco del recuerdo, la mano en el viento, el verano de playas amontonadas, la identidad perdida... Debe también registrarse en el celuloide el viaje y el espíritu de los protagonistas. Y ahí ya nos toca decidir a nosotros como espectadores. Yo, desde luego, observo esa preocupación de Wenders a la hora de grabar con la cámara la sensación (impresión, huella, pálpito) de aeropuerto de madrugada, motel barato o deambular de almas abandonadas. El desarrollo de road movie como construcción de emociones entre personajes (el viaje como catarsis o como iniciación).

3)
Es interesante el retrato del vacío de los neones. Interesante es ese personaje neutro, laxo, de pasado irremediable. Cómo su refugio cobarde en las fotos y su indiferencia (que es más indolencia insustancial de una época que personaje en sí mismo) se resquebraja progresivamente ante la ternura de Alicia aprendiendo a buscar entre ciudades.
Bloomsday
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