Una de las pocas películas realmente destacables en la filmografía de Sara Montiel aunque no se sacase todo el partido a la idea más interesante de la película que se localiza en un diálogo donde Bauchau le dice a Sara después de gastarle una broma que él no sabia como era ella en realidad. El galán protagonista tiene la sensación de haber conocido la nobleza en el personaje de vedette que interpreta Sara y de arrepentirse de haberse reido un poco de ella pero como los personajes no están descritos con la brillantez que requerian no acaba de convencer ese toque tardío de humanidad que aparece en el personaje. A pesar de ello la idea resulta interesante y aunque parezca una película fria y tópica visionándola bien se pueden encontrar matices que hay que tener en cuenta. Luego hay un cierto interés ambiental y bastante gracia en los diálogos sobre todo en el que sostienen bien avanzada ya la acción Sara y Teresa Gimpera. Cuando contrastan en la pantalla las personalidades y los físicos de estas dos actrices se produce un efecto positivo para el espectador. Las amigas del protagonista que vacila entre las dos dispares mujeres son definidas como "muñecas de papel". La película sin duda tiene su encanto y una sorna particular que no se encuentra en las películas más famosas de su protagonista. Quizá sea esta su mejor película porque ofrecia novedades. Aunque los personajes denotan una frivolidad tonta el film tiene un sabor bastante peculiar que compensa esa frivolidad entre cargante y encantadora.