Quizá esta serie no destaque por la profundidad de los personajes, pero sin duda destila amor por la naturaleza y, sobre todo los animales, y enseña a los más pequeños a amarlos también. La animación del mundo salvaje no es demasiado espectacular, pero sí suficiente para transmitir los distintos hábitats y seres que pueblan el planeta.

La familia protagonista es divertida para niños y mayores por igual y sus aventures muestran grandes valores, no sólo sobre el mundo animal y el ecologismo, sino también sobre el compañerismo, la amistad y los lazos familiares. Los diálogos tienen bastante chispa para tratarse de una serie infantil, con lo que incluso los adultos podrán disfrutarla (al igual que la fantástica adaptación cinematográfica).

Que esta serie tenga la nota que tiene es algo muy triste. Parece que los votantes han olvidado que alguna vez fueron niños y viajaron al corazón de la naturaleza con los Thornberrys, porque ésta es una de las mejores series estadounidenses infantiles jamás creadas. Ojalá se hicieran más series así para que los niños crecieran concienciándose... y divirtiéndose, claro.

Juan Roures # La estación del fotograma perdido