La serie comenzó con buenas espectativas. Una premisa sencilla e interesante en la que los chavales de una clase de instituto ponían al límite su sentido de la supervivencia en un juego desquiciado y un protagonista que quiere salvar a todos los que pueda porque ya vivió esto.


En principio esto posee los ingredientes para crear una historia interesantísima: descubrir qué o quién podía ser el rey, ver quienes vivían y quienes morían, ver las relaciones que establecían entre ellos... Pero la única intriga que puede dar esta serie es saber quien va a morir esa noche y como va hacerlo. Las demás premisas se resuelven de manera rápida y vaga, con explicaciones inverosímiles que dan hasta rabia cuando se ven. El ejemplo perfecto de una historia que se desinfla por completo y donde nada funciona. Además de eso la psique de los personajes es más simplona de lo que quieren hacernos creer: usando clichés para desarrollarlos y emociones bastante superficiales y forzadas para lo que realmente están viviendo.

Algo bueno que decir de la serie: la serie no resulta pesada, solo insípida. Lo mejor para mi fue la canción de la intro del principio que para mi gusto está muy bien.