Yo mismo, sin escuchar los convincentes argumentos de Tim pensé que iba a ver una película profunda, seria y con personajes con mucha vida interior, con secundarios de lujo y diálogos de los que erizan la piel. Asi me senté en mi butaca y me dejé llevar por las primeras sensaciones. A los diez minutos pensé en Crash, en Babel, en Veintiún Gramos y, cómo no, en la madre de todas ellas, Vidas Cruzadas. Me dejé engañar por la convincente parsimonia de Forrest, la mirada felina cargada de vida interior de Ray y el innegable encanto de Jessica. Le di un codazo a mi mujer: "mira que mayor esta el Kristofferson... uyyy mira la Kudrow, uyys que cara más curiosa tiene el tal Eddie Redmayne y que enternecedor".
De pronto, los minutos iban pasando sin que nada justificara la estructura de historias entrelazadas (cuál es el nexo entre Forrest y el resto, más allá de pasar por ahí), las situaciones pasaban la sútil línea que separa el dramatismo de la sensiblería y la resolución se me antojó un sin fin de clichés casado con dificultad. Y a la película seria se le empezó a ver el cartón.
No obstante, lo que tienen las películas serias es que, a poco que cuenten con mimbres adecuados, resultan correctas y suelen estar por encima de la media de lo que llega a nuestras pantallas. Y ésta se beneficia de un indiscutible elenco que defiende con buenísima nota sus personajes. Sin embargo, el guión es flojo y demuestra una preocupante tendencia a buscar la lágrima fácil y la emotividad desmedida, sin que demuestre ninguna verguenza en resolver el filme con situaciones fácilonas de videoclip.
Una pena, pudo ser realmente una película seria y con mucha vida interior