Agradable comedia romántica, con pequeñas gotas de fábula moral que se deja ver con agrado pese a ciertas endebleces de su guión debido a la complejidad de la premisa inicial. El film plantea un mundo en el que ningún ser ha mentido jamás (de hecho a veces se dicen las verdades con demasiada facilidad sin que nadie pregunte). Si pensamos un poco en esa posibilidad en el mundo de hoy en día, creo que todos coincidiríamos que el panorama sería desolador, guerras, violencia, odio... una sociedad en la que sería imposible convivir (sí, se que eso también se puede aplicar a los tiempos que corren, pero me refiero aun más exagerado, jejeje). La película en su primera media hora intenta describir como sería ese mundo y como se lograrían esos equilibrios en los que, tal vez a fuerza de oír siempre la verdad cruda esta nos fuera mucho más asumible de lo que sería hoy en día. Planteado ese mundo y roto por la excepción de un personaje, el film especula sobre el efecto que esa nueva situación tendría. Sin embargo, Gervais y Robinson acaban por decantarse por cerrar una comedia romántica comercial y ligera, en lugar de un delirio al modo de Spike Jonze o Michael Grondy. Quién espere más que sonrisas, una cierta originalidad y ternura saldrá decepcionado, pero los que se dejen divertir por las comedias amables pasarán un muy buen rato.