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Voto de Cinematic:
9
Ciencia ficción. Drama Una misteriosa mujer (Scarlett Johansson) deambula por las calles de Escocia, arrastrando a hombres solitarios y confiados a un destino fatal... Adaptación surrealista de la novela homónima de Michel Faber. (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2014
439 de 519 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Under the Skin' se ha convertido, para un servidor, en la mejor película de ciencia-ficción del milenio junto con 'Hijos de los hombres'. Podría hablar de la música, de la fotografía, del ritmo, de su actriz principal, pero lo que para mí hace de esta película un éxito rotundo, es el modo en el que usa todos esos elementos para guiarnos hacia el contenido, y no para distraernos de él. Y del contenido, tal y como yo lo he visto, es de lo que quiero hablar.

Scarlett Johansson encarna a la alienígena de esta película, que tiene un trabajo relativamente sencillo. Atraer a presas y valerse de la seducción para succionarlas y aprovechar su piel. Pero esa es una senda ya marcada. La protagonista es una alienígena no tanto de forma literal, sino en cuanto a que está alienada de su propósito individual, y por tanto, de su yo más profundo. Conforme va avanzando la película, la alienígena va reconociendo complejidades en diferentes actitudes humanas, y áreas de su propio pensamiento que entran en conflicto con la simpleza de lo que se espera de ella. Se nos narra el proceso que va de una conciencia dormida, a una que despierta. El desarrollo de una sensación de compromiso para con lo que uno experimenta, de no acallar lo que se sale de los márgenes y desafía explicaciones fáciles, sino precisamente de enfocar la identidad propia en torno a esas áreas desconocidas. Todos los momentos clave de la película representan cambios y evoluciones de conciencia. Los voy a ir enumerando.

N#1: Mosaico de lo cotidiano. En un determinado momento de la película, vemos diferentes escenas de personas en la calle. No están haciendo nada especial, pero poco a poco se va creando un mosaico dorado con estos momentos. La mente de la alienígena interpreta lo mundano, y percibe por primera vez los efectos de este mundo sobre ella. Algo nos dice que no estaba programada para percibir esto: algo en la interacción humana ha despertado el suficiente interés como para querer recopilar datos. Su sistema interno, por completo alejado de nuestros preceptos, comienza a filtrar, a su modo, nuestras energías.

N#2: La playa. Sobran las palabras para describir el poder de esta escena. Es un momento clave porque nos muestra de forma aterradora cómo lo insignificante puede acabar convertido en tragedia. Un perro que se pone a nadar demasiado lejos, una mujer que nada para encontrar a su perro, un marido que nada para encontrar a su mujer, y un bebé que espera en la orilla. Y nadie regresa. Es una escena que ejemplifica de forma magistral la crueldad de la naturaleza. En un momento, unas vidas se pierden y otras son magulladas para siempre, con lo arbitratrio como base. Según la alienígena contempla la escena, comprendemos que ella está más cerca de la naturaleza que de las vidas que destroza. Ella tampoco es consciente de sí misma, y fluye en sumisión como las olas, cumpliendo con lo que se le ha pedido sin pensar en las consecuencias. Más tarde, estando en su furgoneta, un niño llora en el coche de al lado, lo que retrotrae a la alienígena al niño llorando en la playa. Puede que de momento no haya culpa, pero sí hay reconocimiento de que algo no ha ido del todo bien. Un eco de lo humano que reverbera en la mente, como esperando a encontrar un sentido que sólo la compasión puede dar.

N#3: El espejo. Al principio de 'Persona' de Ingmar Bergman, Liv Ullman está actuando en una obra, y decide dejar de hablar. La platea funciona como un espejo de lo que ha sido su vida: un teatro para satisfacción de los otros. Decide cortar con esa farsa y vivir una vida auténtica. En 'Under the Skin', la alienígena tiene una epifanía similar. Ahí, mirándose al espejo, es cuando se hace consciente de sí misma, y no puede escapar a ese conocimiento aunque quiera. En el plano siguiente, ve una abeja frustrada en su vuelo por una ventana. Esta sensación de impotencia nos recuerda a la familia ahogada en la playa, succionada por la corriente, no ya de las olas, sino del mundo. Lo eventual siendo engullido por lo eterno. Ahora, en vez de distanciarse, la alienígena se reconoce en esa impotencia. Recuerda al hombre deforme al que ha condenado, y decide cambiar las tornas. La impotencia ante las eventualidades despierta la empatía de este 'robot' al que irán creciéndole sentimientos cual ramas que se mezclan entre sus circuitos. Es el punto de no-retorno.

N#4: Paz. Tras varios intentos fallidos de acercarse a la humanidad (tratar de comer un pastel e intentar tener sexo), la alienígena consigue, por fin, una experiencia de lo humano. Y paradójicamente, lo consigue cuando no trata de hacer nada. Se tumba en una cabaña, cierra los ojos, y se deja envolver por el sueño. En su sueño, el bosque y su figura se confunden. Esa sensación de dejar escapar el control, y ser capaz de sentir la paz que la naturaleza proporciona, la vemos también en 'Stalker' de Andrei Tarkovsky. En la película de Tarkovsky, la naturaleza encierra toda una dimensión de experiencias humanas sutiles, cuyo embrujo y misticismo se revelan muy de vez en cuando, y sólo al más sensible. En ambas, la sensación de unión con la naturaleza es uno de los mayores deleites de la experiencia humana, y en ambas, esos momentos están condenados a la brevedad. Cuando la alienígena parece por fin entender las energías terrestres y sentirse a gusto envuelta en ellas, algo la despierta (sigue en spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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