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Voto de Planeta Murciano:
3
Drama En junio de 1969, una serie de hechos desembocaron en violentos disturbios en el bar Stonewall Inn de Greenwich Village, frecuentado por gays y transexuales. Este fue el punto de partida de los movimientos que reivindican la igualdad de derechos de la población homosexual. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2016
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy muy de ver las cosas por mis propios ojos y juzgar (que luego te dicen que son 22 cms y no llega ni a la media europea). Pues ya la he visto. Y maldito el momento. Conforme transcurría el metraje, iba renaciendo la poligonera rabiosa que hay dentro de mí (y también fuera, claro) y no le metí fuego a la butaca, al director, al reproductor y hasta a la vecina porque no tenía un cocktail molotov a mano, pero no sería por falta de ganas. ¡Ay si me encuentro a Emmerich por la calle lo arrastro de los pelos!

Pese a estar ya en el 2016, el dire y su guionista cometen un error tan tremendo como poner a un chavalote rubiales cero pluma, discreto, versátil, buena gente y amigo de sus amigos como protagonista. El elegido es Jeremy Irvine;

Blandito, aspirante a estrella, más soso que un bocadillo de berberechos, respetable y… hetero. No hará sentir incómoda a tu madre o a tu cuñao si la ven contigo. Porque de eso se trata; de que los heteros conozcan los acontecimientos del famoso local llamado Stonewall pero bien masticadito, inofensivo y sin que la visión de una loca con peluca le impida ver lo que aquello significó. Pero no lo consigue.

Que no habría ningún problema si estuviera bien metido en el argumento, pero no; metido con calzador, con una historia de papá maloso que lo echa de casa más requetevista que un drama de Belén Esteban en la sobremesa. Lo peor, lo más indignante es que las revueltas son un simple accesorio que no duran ni quince minutos en total ¿Por qué la llamó Stonewall entonces? Tan claro vio que estaba rodando una enorme mierda y fue el único anzuelo para llevarse un poco de taquilla?

El resto de argumento es una historia telefilmera con cero profundidad, personajes planos y anedóticos que ni picha ni cortan, rodada sin ganas y como aburriéndose de la historia que tienen entre manos. Con razón. Suma además amoríos contados de manera tan superficial y pobre que es imposible empatizar, locas que ayudan al blanquito, pero locas al fin al cabo. Y mira Roland, no. A mí no me engañas.Lo que has hecho es desvirtuar la historia de mala manera y convertir al chaval, no solo en parte de la historia, sino en protagonista de las revueltas. La prueba es que el niño es el primero que tira un ladrillo y que inicia los enfrentamientos con la policía.

Y chica, te preguntarás qué tiene de malo (tú que a veces eres tan larga para lo que te conviene) y yo, animosamente, te lo aclaro; al hacer al niño blanquito el héroe de Stonewall, vuelve a tergiversar y mentir sobre lo que allí ocurrió, robándoles el protagonismo a los que de verdad lo tuvieron; travestis latinos y negros, lo más bajo de la sociedad que por medio de esta acción casi heroica nos pusieron a todo gay, bollo o transexual en el camino de baldosas amarillas que lleva al orgullo.
En definitiva, esto es la película resumidamente. Hay denuncia de la corrupción policial de la época (pero contada tan malamente que casi le da más importancia que a la propia revuelta en sí), la calle Christopher sale divinamente fotografiada y poco más. Bueno sí; un final con familia blanquita saludando a la manifestación que da tanta vergüenza ajena que dan ganas de suicidarse con un taconazo en la yugular.
Planeta Murciano
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