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Voto de Caith_Sith:
7
Drama. Aventuras En una remota estación metereológica en el Ártico pasan los meses solos Sergei, un veterano meteorólogo, y Pavel, un joven recién graduado. Un día Pavel recibe un importante mensaje por radio... (FILMAFFINITY)
25 de noviembre de 2010
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una "cosa" en esto del cine llamada el ritmo. Es invisible, pero al mismo tiempo se percibe. Cuando una película de tres horas se pasa volando, es porque está contada de forma dinámica, o porque su montaje ayuda a evitar el aburrimiento. También pasa a la inversa: la carencia de ritmo puede hacer que un trabajo de hora y cuarto sea interminable. Luego hay ejemplos de trabajos que se pasan el ritmo por el forro: les da igual aburrir si tienen un propósito. O usan la carencia de éste para crear emociones. Aleksei Popogrebsky se acoge a esta definición con su densa "Kak ya provel etim letom", un film pausado, de esos en los que "puede verse crecer la hierba", en el que pasan muchas cosas pero lo hacen bajo la superficie. No quedándose en lo obvio, yendo más allá.

Presentada en la Berlinale de este año, donde los dos únicos intérpretes del film ganaron el premio al mejor actor, llega ahora a Gijón en su sección oficial dispuesta no a romper el hielo, ni a ganarse al público. No le hace falta, está por encima de ello. Popogrebsky nos cuenta una historia de forma premeditadamente fría, aleja a los personajes de la civilización y nos obliga a sentir en nuestras carnes el ambiente de tensión, de opresión, que se crea con unos fantásticos escenarios naturales y una habilidad sorprendente para mover la cámara, seleccionando encuadres, llevando al límite las situaciones.

Con una primera mitad atractiva, pero algo mecánica, es en su segunda parte donde todo cambia con un giro argumental que escapa de lo esperado. No parece haber justificación posible más allá de la representación del miedo: la barrera entre los límites humano y lo natural desaparece, todo se funde. Inicia la aventura, se presentan bellísimas secuencias (la de la niebla y la bengala, el oso), y finalmente se llega a la única conclusión posible. Fría, si. Bella, también. Cine que firmaría Herzog, que devuelve al género de la aventura la emoción y convierte al paisaje en un protagonista esencial. Mucho más que postales: esto es cine.
Caith_Sith
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