Estamos ante un thriller clásico, donde el policía busca al malo que le atormenta. Con esta premisa Eastwood consigue entretenernos durante casi dos horas, pero poco más: Quizá esa era la idea. Es decir, no siempre se van a hacer Obras Maestras como "Mystic River" o "Million Dollar Baby", de vez en cuando toca algo de acción a saco y balas de fogueo. La trama es razonablemente interesante todo el rato, y si bien no apasiona, tiene algunos puntos muy cuidados.

El principal es el personaje de Clint, un policía retirado y de avanzada edad que por supuesto tiene los problemas que podría tener un miembro del cuerpo de verdad a esa misma edad: Medicación, e incluso algún infarto. Pero claro está su personaje está "incompleto": Este hueco lo llena un criminal que se les escapó hace dos años, cuando estaba en el cuerpo, y el corazón que le acaban de trasplantar hace relativamente poco.

Así se inicia una trama con personajes curiosos y nada más, en absoluto tan profundos como los de obras anteriores de Clint. Quizá aquí radique la simpleza de la película, en no contar con un trasfondo de cada uno, algo que películas como Seven -por poner el ejemplo de joya del género- consiguen. Pese a todo, la BSO es buena, la fotografia también y lo demás tampoco desentona. Una "Obra Menor", como "Scoop" en la filmografía de Woody Allen, pero que se disfruta y entretiene de principio a fin.