Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Jose Ramon Sales:
2
Drama Linda Lovelace es conocida principalmente por el notorio éxito de taquilla de la película porno de 1972, 'Garganta Profunda'. Más tarde, cuando dejó el negocio del porno, la actriz se divorció de Chuck Traynor y recuperó su verdadero nombre: Linda Boreman. Además, acusó a su exmarido de haberla obligado a prostituirse y dedicarse a la pornografía, recurriendo a todo tipo de violencia e incluso al hipnotismo. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2014
26 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ser estudioso del cine y sus técnicas, soy espectador; del mismo modo en que, antes de ser escritor de novelas, soy lector. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: MALA.
Soy conocedor de la historia, porque personalmente hice una exahustiva crónica que saldrá a la luz el próximo marzo en Escaparate Valenciano. A través del meticuloso estudio de algo que viví en mi época, puedo afirmar que esta película, además de mala, es una insolente mentira. Todo indica que los productores han seguido la línea marcada por "Calvario", uno de los libros de Linda, pero omitiendo importantes pasajes que les habría procurado grandes dolores de cabeza. Porque nadie que ha estudiado con rigor la historia de Linda Lovelave, puede tomar como ciertas las afirmaciones que comenzó a gestar a partir de su libro "Dentro de Linda Lovelace", publicado en 1977. El cariz de la farsa generada por la película que la persiguió durante toda su vida, más allá de "Garganta profunda", y de título "Dogorama", hace que todo lo demás tenga que ser examinado a través de la lupa más rigurosa. Esta película de zoofilia, filmada en super 8mm en un apartamento de Nueva York, habla por sí sola. Fue puesta en circulación por el productor Al Goldstein para desmentir las afirmaciones de Linda. Como bien sabía Goldstein, a la cámara no se le puede engañar, y, lejos de ver a una actriz sumida en el terror y la presión psicológica, vemos a una exultante y divertida Linda. Todos los participantes en dicha película, entrevistados años después, afirmaron categóricamente que Linda no sólo funcionó a las mil maravillas, sino que pareció disfrutar con ello. Al principio, Linda desmintió las afirmaciones filtradas sobre que a ella gustaba la zoofilia, así como también el haber participado en películas de este tipo. Cuando la cinta en cuestión salió a la luz, no tuvo más remedio que cambiar el discurso, alegando que la habían obligado a punta de pistola. Algo natural en quien desea ser aceptada por la inflexible sociedad americana. Pero aún hay más, mucho más, que no voy a destripar aquí. Quede pues la película como una muestra más de la trasnochada ideología hollywoodiense, y un panfleto moralizante alejado totalmente de la verdad.
Jose Ramon Sales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow