Durante alrededor de 45 minutos, “Life happens” resulta bastante caótica, con esos personajes que no acaban de despegar, narrando las vidas de esas alocadas compañeras de piso que se parecen a cualquier otra excepto por que una de ellas tiene un bebé. Durante esos 45 minutos, apenas hay nada que destaque porque se limita a ver pasar el tiempo mientras Coiro rueda.

Tras ese necesario tiempo, la película tiene un punto de inflexión, una cita a cuatro en la que las protagonistas por fin se destapan y hablan claramente, siendo una conversación graciosa que por sorprendente parece no pegar con el tono amable de la película. A partir de aquí tampoco podemos esperar una gran película, pero por lo menos tenemos un desarrollo con cierto sentido.

Aunque Ritter es la protagonista de la historia, incluso su guionista, es Bosworth la que brilla con luz propia. Ella vence en todos los duelos con su amiga, con la amiga de su amiga y hasta con su pareja, componiendo un papel sarcástico y cortante que tiene mucha personalidad sobre todo con Kirk, el otro descubrimiento positivo, formando una la pareja secundaria tiene mucha más fuerza y complicidad que la principal. En la otra cara de la moneda vemos que Bilson tiene un ridículo papel que pretende jugar con los contrastes (convicciones y trabajos no parecen muy compatibles) pero que no hace más que lucir tipazo de un lado para otro para parecer una chica tonta.

Esta comedia con tintes dramáticos muestra las dificultades de una madre soltera para criar sola a su hijo, su manera de afrontar las situaciones, sus problemas para encontrar una pareja estable… todo ello mientras lucha por conservar su amistad. Sobriedad y comedia a partes iguales para una ópera prima que resulta una ligera declaración de intenciones.