-Cuando desvelan que Dylan el agente del FBI es uno de ellos, lo esposan, está rodeado de docenas de agentes de policía, pero se escapa sin más. Es tan poco creíble que nunca muestran cómo logra semejante proeza. Luego va a la cárcel a ver al personaje de Morgan Freeman, lo ayuda a escapar y todo, pero tampoco nunca nos muestran cómo. Lamentable laguna en el guión.

- Se sacan de la manga a un hermano gemelo, también mago colaborando con los malos, de Woody Harrelson, al que encasquetan una peluca a lo afro que provoca sonrojo. Al personaje lo intentan hipnotizar, unas veces funciona otras no, siempre al capricho del guionista que juega con el espectador.

-La escena donde se pasan la carta con el chip robado unos a otros, mientras los registran, se nota tanto que es una carta añadida por ordenador a la película, que la escena me provocó vergüenza ajena.

-El despiporre total llega cuando al final se desvela que el personaje de Morgan Freeman, era en realidad amigo del mago, padre de Dylan que murió porque desvelaba sus trucos y él quiso ir más allá. ¿En qué quedamos, era su amigo, o su enemigo por desvelar sus trucos??
En fin, el mejor personaje de la primera entrega, ese mago descreído que llevaba a la ruina a otros magos desvelando sus trucos, estropeado por el capricho de los guionistas.