Conclusiones

Un director como Marc imprime en sus trabajos un sello muy personal, pero no es una marca de la casa, pies aun dada esa personalidad el sello cambia de un trabajo a otro rompiendo esa manera de repetir patrones que tienden a tener la mayoría de los directores, Marc va más allá, y si su anterior trabajo, un aterrador largometraje, estaba dotado de una modernidad tecnológica aderezada con modernos neones, aquí rompe con todo y hace un viaje en el tiempo (cinematográficamente hablando, en cuando a la puesta en escena se refiere), ese salto no mete en una historia que aun siendo algo atemporal, (solo pequeños detalles dan ese dato), pero a pesar de ello nos mete directamente en el cine Soviético, (si, Soviético y no Ruso) en ese cine frio, distante pero a la vez entrañable pero seco, la historia tiene una puesta en escena onírica y maravillosa, donde ya nada importa en cuando a lo que acontece, tan solo de como acontece, pero aun en ese marco la historiaría funciona enseña y sorprende a partes iguales.
Lo que nos Enseña
La no necesidad de una modernidad tan anhelada y buscada por muchos autores hoy día (incluido Marc en su anterior trabajo), esa falta de modernidad se suple aquí por un talento narrativo y escenográfico que pone fuera de toda duda la validez de este director para moverse en cualquier campo de la ficción, y quien sabe de cualquier otro campo narrativo, este desde luego es un excelente y sorprendente cortometraje que unido a su anterior trabajo abren todo un mundo de posibilidades a la firma de este autor.
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