Seamos francos. Siendo una película de ridículo presupuesto está francamente bien. El argumento es más original que la mayoría de películas que salen como churros y costaron diez veces más. Y el final sorprende. Vamos, a mí me sorprendió y me dejó muy buen sabor de boca.
Tampoco creo que su intención sea meterse con la iglesia al estilo El Codigo da Vinci. O por lo menos no se mete con ella más que La profecía, El exorcista, o Ángeles y Demonios, vamos, lo justo para imaginar un mundo fantástico dónde seres mitológicos cobran vida con la intención de entretener al espectador, no polemizar contra instituciones religiosas.
Francamente recomendable para los amantes del género.