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Voto de antonalva:
7
Drama Esta crónica sobre la lucha del político y activista Dr. Martin Luther King Jr. (David Oyelowo) en defensa de los derechos civiles se centra en la marcha desde Selma a Montgomery, Alabama, en 1965, que llevó al presidente Lyndon B. Johnson (Tom Wilkinson) a aprobar la ley sobre el derecho al voto de los ciudadanos negros. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2015
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
La hagiografía es un género peligroso y difícil y produce incomodidad cuando la falta de matices y puntos de vista divergentes convierten en indigesto lo que se propone encumbrar – y quizás el máximo elogio que se puede hacer de esta cinta es que sortea los abismos y riesgos de este género tan empalagoso como temible, tan indigesto como lleno escollos. Estamos ante un retazo de la historia norteamericana reciente, una de sus páginas más turbias, enfangadas e incomprensibles: la lucha por la mayoría de edad – por la veraz y plena emancipación – del sojuzgado pueblo afroamericano, que llevaba siglos padeciendo la sistemática marginación y al que se le negaba el indispensable ejercicio de la mayoría de sus derechos civiles, tanto por la apatía, maldad, y sinrazón de unos políticos prejuiciosos y zoquetes, como por la connivencia culposa y pacata de sus compatriotas caucásicos.

Nos parece que fue hace una eternidad, pero apenas ha pasado medio siglo desde entonces. Y, sin embargo, mucho se ha avanzado desde entonces por lo que ciertas actitudes abierta y notoriamente racistas casi nos parecen una reliquia de la maldad, vileza, obcecación e iniquidad de ciertos seres humanos que creen tener más valor que sus semejantes, sólo por la arbitraria rifa del color de la piel que les ha tocado. Por eso viene bien mirar atrás con una mirada cálida, envolvente e integradora para no olvidar de dónde venimos y las dificultades que se han tenido que sortear para llegar más libres y esperanzados hasta nuestros días.

Porque muchos han caído por el camino – algunos recordados, otros anónimos – pero todos indispensables para llevar a cabo la travesía del desierto y poner en marcha un mundo distinto, más justo, más consciente de que somos todos iguales en derechos, obligaciones, deberes y responsabilidades por pertenecer al género humano. Sin limitación alguna por etnia, credo, ideas, creencias, opiniones, orientación sexual, raza, color de la piel, educación, poder adquisitivo ni zarandajas varias y fijaciones mudables.

Estamos ante una película llena de buenas intenciones, con muy buenas interpretaciones de todo el elenco, con una recreación de época primorosa y envolvente que nos acerca a una época fascinante y agitada, con un encomiable chute de esperanza y fe en la capacidad de la sociedad en reformarse para mejorar, donde la solidaridad y el altruismo pueden costarnos la vida pero también crear un mundo más justo y habitable. No ofrece nada nuevo, pero nos recuerda con acierto que todos somos responsables de las injusticias que nos rodean, aunque sólo sea por omisión. Amén.
antonalva
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