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Voto de antonalva:
5
Thriller. Drama La historia de dos hermanos gemelos gangsters, Reggie y Ronnie Kray (interpretados por Tom Hardy), dos de los criminales más famosos en la historia de Londres y el imperio del crimen organizado que crearon en los años 60. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2016
31 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película basada en hechos reales. ¿Y qué? Como en tantas ocasiones, la premisa de tomar unos personajes de la vida real no añade ni verosimilitud ni interés a la historia que vemos en pantalla, que deambula entre tópicos vulgares sobre el cine de gánsteres y el vodevil, bascula entre el tipismo del retrato de los bajos fondos londinenses – glamour de poca monta y el endiosamiento de sociópatas de opereta – y el reflejo de una época donde las corruptelas políticas ya permitían que algunos personajillos indeseables salieran indemnes del crimen organizado y la extorsión con el objetivo de tapar a ciertos políticos venales que se veían envueltos en escándalos que se trataban de ocultar a la opinión pública.

El planteamiento, aunque simple y limitado, no carece de interés. Pero la realización plana, previsible, adocenada y sin garra echa a perder la premisa de contar con dos personajes inmorales y sin escrúpulos que merecerían haber dado con una realización más garbosa y sugerente. Es indudable que el mal atrae y fascina, que los ‘malos’ suelen ser más cautivadores que los ‘buenos’, quizás porque su creencia de que son impunes y omnipotentes les hace cometer barbaridades que más de uno desearía perpetrar alguna vez pero se ha refrenado en llevar a cabo por miedo a las consecuencias penales o sociales. Esa falta de freno les hace fascinantes a los ojos del ciudadano pacato y cumplidor. El exceso como afrodisiaco.

No basta contar con un actor carismático y de talento – Tom Hardy – para superar los baches y carencias de un guión que encadena situaciones desmesuradas y brutales, pero sin llevar a ninguna parte ni proponer una indagación original o apasionante sobre el crimen o la política o la sociedad que se está reflejando. Como en un telefilme caro o de prestigio, donde nada desentona pero todo acaba siendo la enésima regurgitación de lugares comunes que ya hemos visionado antes, aunque contado de forma más envolvente o llamativa. Las virtudes habituales del cine británico (buenos actores, concienzuda recreación de época, mimo por el detalle) aquí apenas consiguen elevar la calidad o efectividad del producto final.

Además resulta inmoderadamente larga, repetitiva y plana como para captar la leal atención del espectador. Y el trazo de unos gemelos psicopáticos – por lo demás, algo caricaturesco y predecible – resulta demasiado esquemático y simplista como para convencer o seducir. Buenos mimbres pero con un resultado fallido, sin fuste ni fuelle, sin novedad ni brío. Se deja ver pero deviene en una propuesta malograda.
antonalva
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