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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
5
Drama Tres mujeres, de edades y épocas distintas, que han fracasado en el amor, tienen que afrontar la vida en un ambiente cerrado y hostil. Son mujeres que no pudieron elegir su camino y tuvieron que vivir una vida soñada, imaginada, recordada, cosiendo junto a su ventana. (FILMAFFINITY)
17 de marzo de 2012
32 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
“De tu ventana a la mía” es un canto a la supervivencia que se eleva en el aire mediante el aleteo que marca el regreso de tres almas femeninas a sus respectivos cuerpos, para proseguir con el camino de sus vidas. Esas tres mujeres son Violeta, Inés y Luisa, cuyo abanico existencial se refleja en tres épocas y tiempos distintos. Las tres parecen estar diluidas en el paisaje donde integran sus vidas y miserias, arrebatos, pasiones, felicidad, temores y tragedias personales. Precisamente denota el retrato y hagiografía de una mujer por tres edades que están tejidas y unidas por el hilo de la vida, mostrado en ese ovillo que muestra el encuentro y el relevo. La juventud, la edad adulta y la madurez juntas en tres mujeres que nos dan piezas del puzzle que componen sus vidas y al mismo tiempo se unen, a través del tiempo y la distancia, entre sí. Ya sean mariposas, sueños de matrimonio y descendencia o el cine y mitos inalcanzables e inimitables de Hollywood, cada una de esas tres mujeres se encontrará ante la soledad y tendrá que volar hacia su libertad interior. A ese temido reencuentro con ellas mismas y su corazón.

Paula Ortiz ha hecho una película irregular, que se acerca peligrosamente a la Isabel Coixet de “A los que aman”, pero donde intenta buscarse a sí misma en ese compendio emocional de voces en off, clímax con canciones, estilismo visual desbordante y un gran uso del montaje. No todas las historias están igual de compensadas y creo que la que origina Luisa con su beso idealista de esas películas que enmudece, su pasión por Alfredo Kraus y su encierro físico y existencial que endurece una grave enfermedad, es la mejor de las tres. Un sufrimiento que enlaza metafóricamente con la transición, las ansias de libertad y la necesidad de amar. Historia que remarcan esos edificios en ruinas que muestran el interior vacío del personaje. De nuevo, el paisaje parece alzar la voz interior de las protagonistas y se convierte en el auténtico pasajero y pareja de sus vidas.

Puede que ese mal de amores de Violeta, que tal y como refleja su nombre se convierte en otra flor frágil a modo de amapola, no conduzca su buen potencial visual frente al narrativo. Tampoco esa tragedia terrible que sufre Inés posiblemente luzca plenamente pese a tener una perfecta puesta en escena muy a lo “El viento” de Victor Sjöström. Los tópicos que la rodean la maniatan para que solamente salga a flote detalles aunque el cliché ahonda en la idea y premisa inicial y le resta enteros al conjunto. Lástima que el tema nominado al Goya de Alis, ‘Debajo del limón’, no pegue ni con cola en la Posguerra y dote de cierta sensación de anuncio al filme en uno de sus momentos supuestamente más bellos.
Maldito Bastardo
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