18 de octubre de 2017
14 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vemos a alguien padeciendo un dolor físico salvo que no tengamos empatía no se nos ocurre burlarnos o reirnos, sin embargo no tenemos ningun reparo en caricaturizar a un grupo de personas que sufren no físicamente pero sí mental y emocionalmente. Nuestra sociedad tiene que avanzar mucho todavía respecto al trato que le da a los enfermos mentales, un esquizofrenico, un obsesivo compulsivo, o cualquier persona con un desorden mental son mucho más que su enfermedad, son seres humanos con una dignidad y un valor semejante al de cualquier persona sana y no deben ser objeto de burla o mofa ya sea durante ocho años en el teatro o ahora en el cine. Esta película bajo mi punto de vista es frívola respecto a una enfermedad muy seria, una enfermedad que hace sufrir mucho a las personas que la padecen, lo se de primera mano. Somos poco conscientes, las alteraciones de la psique sean neurosis o psicosis no deben ser nunca objeto de comedia y el que se rie si las padeciera ya se daría cuenta de que no son razon de divertimento.
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