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España España · Granada
Voto de Kikivall:
9
Comedia Monsieur Hulot es diseñador de vehículos de una empresa de automóviles que ha sido invitada para participar en una importante exposición del motor. Hulot, que ha diseñado un peculiar vehículo que se convierte en una casa con ruedas, tendrá un accidentado viaje hasta su destino. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2017
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la película Tráfico, el señor Hulot es un diseñador de una modesta Sociedad parisina de nombre Altra, que se dedica a la fabricación de automóviles. La Sociedad le encarga a Hulot conducir un Renault 4 dotado con numerosos artilugios de su invención, para que vaya a una exhibición en el Salón Internacional del Automóvil de Ámsterdam.

El gran director, intérprete y cómico Jacques Tati (Jacques Tatischeff), es considerado heredero de diversos actores y directores del cine mudo como Keaton, Chaplin o Lloyd; pero sobre todo, del actor cómico judío-francés Max Linder, un actor que solía interpretar un personaje de aspecto distinguido y de atildada vestimenta, que se veía atrapado en los más insólitos enredos. Pues bien, con estas influencias, Tati creó su propio humor, un humor que ha sido considerado un humor intelectual y muy francés.

Tráfico fue el último largometraje que firmó Tati con su característico estilo y una absoluta solvencia. Es una obra cimera del cine de humor francés e incluso universal. Tati es puro ingenio en esta obra suya y domina a la perfección su territorio del gag, los espacios y los recursos de la mímica y el lenguaje corporal del cine mudo; pues aunque su cine es sonoro, es sobre todo visual. Y surrealista, satírico, y sorprendente también, como asombrosa es esta cinta.

El guión de Jacques Tati y Jacques Lagrange está construido sobre la ocurrencia y la hilaridad, con un ritmo narrativo sorprendente. Magnífica la fotografía de Eduard van der Enden y Marcel Weiss, animada música de Charles Dumont y un enorme trabajo de montaje.

El reparto es esencialmente Jacques Tati con su inconfundible estilo y su inigualada figura y humor que sabe articular al personaje, el espacio donde se desarrolla la escena, su manera de caminar, moverse y hasta de mirar. En esta obra Tati se emplea a fondo y lo hace con una enorme vis cómica y excelentes dotes para sacar la carcajada al espectador inteligente.

Tiene la película un carácter metafórico, donde el camino no es meramente un trayecto de obligado cumplimiento, sino que el rosario de incidentes que se producen quieren significar igualmente un reflejo de la propia vida de Hulot, que es en cierto modo la de Tati. Recuerdo aquí que Tati se quejaba en los últimos años del olvido al que le había sometido la industria del cine: ¡solo seis películas en treinta años de profesión!

Tiene el film así, un carácter humano frente a los problemas cotidianos que la vida plantea. Tati ofrece una mirada sorpresiva del mundo, sorpresa que deviene sarcasmo. En esta película, como en otras, la mirada de Tati es una mirada limpia, una prístina e inocente visión para este mundo que enloquece por momentos. Escenas de auténtico humor para quien le guste el humor de Tati, con su singular estilo, su forma de caminar y moverse jugando con los encuadres diferentes, con esa mecánica en el ir y venir de gente que no se sabe a dónde van, personajes que se mueven sincronizadamente con una precisión de relojería; un Tati que pone la cámara en el sitio justo para alegrarnos la vida, con escenas.

Tati ha sido un director poco valorado y relegado al ostracismo por la industria cinematográfica. Tatino fue un hombre cómodo ni un cineasta seguro. Los riesgos de sus empresas superaban la capacidad imaginativa de los financieros. Pocas veces ha tenido un cineasta de tanto talento tan escasas posibilidades de mostrarlo.

Esta película la recomiendo y mucho. Pero si luego no te gusta, no me digas nada; más bien hazte una revisión a fondo a ver cómo andas de sentido del humor.
Kikivall
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