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Voto de ANDREW_WK:
5
Drama Ray Tierney (Edward Norton) es un detective del departamento de homicidios; tres generaciones de su familia han sido policías en Nueva York. Un día le asignan un caso en el distrito controlado por Francis Tierney Jr. (Noah Emmerich), su hermano mayor. A medida que pasa el tiempo, Ray comienza a sospechar que la corrupción afecta a todos sus compañeros, incluido su gran amigo Jimmy Egan (Colin Farrell). (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La impresión más directa que me viene después de ver la película es que se trata de un film mediocre. Ya de entrada, el tema de la historia no invita demasiado a verla. Se cuenta la historia de corrupción policial que salpica una familia en la que varias generaciones han sido policías. Es grande la pereza que da ver otra película en la que aparecen policías que aceptan sobornos, que están implicados en contrabando de drogas, que ordenan y ejecutan asesinatos para encubrir sus faltas... El resultado tiene que estar muy bien logrado, como para que tal esfuerzo valga la pena. Y ni de lejos se consigue ese resultado...

El director (y también guionista) Gavin O'Connor, con una filmografía escasa y desapercibida, se apunta un tanto por haber conseguido realizar este trabajo con grandes actores, pero su talento está bajo la duda. Las escenas, los planos, el tono del film...por momentos me pareció que estaba viendo una película de drama familiar de sobremesa de fin de semana. Pero si pocas cosas funcionan es porque se sustenta en un guión muy flojo. Los diálogos están sobredimensionados, se les pretende dar una trascendencia de los que están exentos por completo. Las acciones de cada personaje se finiquitan con la expresión "tenía que hacerlo", y con ese "gran" recurso narrativo, se va avanzando en la trama hasta desembocar en una final esperpéntico, inconcluso, y fuera de lugar.

Pero si la valoración de la película no llega a ser mala, es por la faceta interpretativa. Edward Norton realiza un trabajo sobrio, contenido, demostrando su talento. Casi se podría decir que es la actuación más destacada si no fuera por el sensacional papel desempeñado por un actor secundario de primera: Noah Emmerich. Repasando su filmografía, uno se da cuenta que incomprensiblemente este actor ha sido relegado a papeles poco relevantes, siendo la de "El show de Truman" su participación más recordada. También Jon Voight sigue en buena sintonía y realiza un trabajo eficaz y correcto. El punto decepcionante de las actuaciones va a cargo de Colin Farrell. Siempre con el mismo gesto de chico duro, enfadado, enrabietado, sus apariciones en pantalla llegan a ser repetitivas y hastías (peligrosamente se va pareciendo cada vez más al alarmante caso de Nicolas Cage). Se trata de un buen actor, no hay duda (lo ha demostrado sobradamente en películas como "Última llamada" o "Escondidos en Brujas"), pero tiende a la sobreactuación, lo que puede llevar que en sus próximas actuaciones ya sepamos lo que nos vamos a encontrar y lo que puede dar de si.

No es una película recomendable, pero tampoco es para desecharla a la basura. En un día lluvioso, en el que no funcione el TDT, y el lector del reproductor del DVD se conjure para que sólo funcione el disco de "Cuestión de honor", es una ocasión para echarle un vistazo, reflexionando sobre lo que pudo haber sido y no fue.
ANDREW_WK
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