Media votos
6,7
Votos
6.327
Críticas
336
Listas
420
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Ghibliano:
10
7,2
5.980
Animación. Drama. Romance
La historia gira en torno a Shôko Nishimiya, una estudiante de primaria que es sorda y que al cambiarse de colegio comienza a sentir el bullying de sus nuevos compañeros. Uno de los principales responsables es Ishida Shôya quien termina por forzar que Nishimiya se cambie de escuela. Años después, Ishida busca la redención de sus malas acciones. (FILMAFFINITY)
21 de mayo de 2017
264 de 313 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta no es una crítica para convencer a aquellos a los que no les ha gustado esta película. A mí eso me da igual. Puedo mencionar mi experiencia vital y decir que "Koe no katachi" me habla de frente, pero eh, que no voy por ahí exigiendo a la gente que comparta mi entusiasmo, que entiendo si la cinta os resulta anodina, si no os emociona o no os gusta su enfoque.
Otra cosa es lo que estoy leyendo en las dos críticas negativas que hay ahora mismo en la web. A ver cómo lo digo de manera suave... no había visto tal cantidad de toxicidad concentrada en mucho, mucho tiempo. Diría que si no tenéis ni puta idea de lo que significa que tus compañeros de clase te acosen, te marginen y te hagan sentir una mierda no deis vuestra opinión al respecto, porque la ignorancia manifiesta en este tema puede llegar a ser irrespetuosa y ofensiva.
Vamos a obviar que aquí hay dos personajes, no uno, que son víctimas de bullying. Bueno, no. Porque lo de creer en la prevalencia del pecado original (Shoya es el acosador, Shoko la acosada) y no contemplar la inversión de rol en el protagonista tiene ya tela para cortar en un análisis que se presupone serio de la película. Porque eh, que te conviertan en el chivo expiatorio, que nadie en el instituto te dirija la palabra, que te devuelvan todo lo que hiciste y lo lleven más allá es una forma estupenda de mantener la estabilidad y la autoconfianza de un chaval. Igual es que las dinámicas de acoso son más complejas que la historia burda de buenos y malos en la que pretendéis convertir esta obra. A lo mejor, eh.
Luego tenemos a la chica. Creo que no habéis terminado de entender el percal en el que os metéis, pero lo voy a resumir en cinco palabras:
ESTÁIS CULPANDO A UNA VÍCTIMA
Y me parece muy fuerte lo que estoy leyendo. ¿Que Shoko os parece una debilucha y una muñeca de porcelana? ¿Pero vosotros cómo carajo pensáis que se comporta alguien que ha sufrido lo que pasa ella? Os pensáis que el acoso escolar es, qué sé yo, como un sombrerito gracioso, que si te cansas de él lo dejas tirado en cualquier lado y se acabó el problema. Si no te gusta que alguien te pegue y te insulte plántale cara. Claro que sí. Vulnerabilizar a una víctima de acoso, qué locura, ¿eh? No es como si el bullying tuviera capacidad de minar la confianza en ti mismo, volverte incapaz de plantar cara, destrozar tu vida social y crearte mil complejos, y hacerte caer en una espiral de autoinculpación. Todos esos casos de niños que se intentan suicidar por culpa del acoso de sus compañeros, seguro que son unos exagerados, si fueran fuertes de verdad o si cogieran el toro por los cuernos no les pasaría eso.
Yo sufrí esta mierda y os aseguro que banalizáis una barbaridad. No tenéis en cuenta mil cosas, que Shoko es sorda y eso crea una barrera tremenda a la hora de comunicarse, que constantemente siente que está haciendo la vida más difícil a los que le rodean, que incluso se lo gritan a la cara. Si no pensáis que una niña puede mostrarse débil y pasiva ante semejante nivel de estrés psicológico de verdad que tenéis una visión del acoso escolar tremendamente infantil. Si no pensáis que esto puede tener secuelas que duren años, incluso décadas, que dejen una huella profunda en tu personalidad y en tu forma de expresarte ante los demás, directamente vivís en el mundo mágico del arco iris con sabor a piruleta. Es más, ¿os acordáis de la escena en la que le planta cara a Shoya y le dice que está harta de esforzarse para encajar? Yo ni siquiera tuve eso en mi experiencia. Por si os pensáis que esa vulnerabilidad, esa falta de respuesta y de decisión es un truco de la peli para darnos penita. Por lo demás, la autoinculpación y el complejo de inferioridad, la falta de fuerza de voluntad para oponerse a alguien, la obsesión por caer bien y los mil "¿Me habré pasado?" si discute, se enfada, o insulta. Reconozco todo esto. Y también reconozco la ansiedad de Shoya, vuestro "agresor que sólo se da cuenta del daño que está haciendo cuando lo sufre en sus carnes" (cosa que precisamente la peli niega en redondo, pero bueno), cuando se ve señalado y ostracizado, la dificultad para volver a entablar conversaciones, para mirar incluso a la cara a sus compañeros y antiguos amigos.
No creo que esta película pretenda dar una perspectiva didáctica sobre el bullying, pero para decir que su descripción del mismo no se corresponde con la realidad, informaos en primer lugar sobre el tema, mostrad algo de empatía básica en el segundo y por último dejad de observar la problemática como un conflicto banal y estático de buenos y malos, porque ahí la peli os pinta la cara y para quedar en evidencia de esta manera es mejor dejar el teclado quietecito.
En fin, que ya va tocando hablar de la obra en sí. A spoiler.
Otra cosa es lo que estoy leyendo en las dos críticas negativas que hay ahora mismo en la web. A ver cómo lo digo de manera suave... no había visto tal cantidad de toxicidad concentrada en mucho, mucho tiempo. Diría que si no tenéis ni puta idea de lo que significa que tus compañeros de clase te acosen, te marginen y te hagan sentir una mierda no deis vuestra opinión al respecto, porque la ignorancia manifiesta en este tema puede llegar a ser irrespetuosa y ofensiva.
Vamos a obviar que aquí hay dos personajes, no uno, que son víctimas de bullying. Bueno, no. Porque lo de creer en la prevalencia del pecado original (Shoya es el acosador, Shoko la acosada) y no contemplar la inversión de rol en el protagonista tiene ya tela para cortar en un análisis que se presupone serio de la película. Porque eh, que te conviertan en el chivo expiatorio, que nadie en el instituto te dirija la palabra, que te devuelvan todo lo que hiciste y lo lleven más allá es una forma estupenda de mantener la estabilidad y la autoconfianza de un chaval. Igual es que las dinámicas de acoso son más complejas que la historia burda de buenos y malos en la que pretendéis convertir esta obra. A lo mejor, eh.
Luego tenemos a la chica. Creo que no habéis terminado de entender el percal en el que os metéis, pero lo voy a resumir en cinco palabras:
ESTÁIS CULPANDO A UNA VÍCTIMA
Y me parece muy fuerte lo que estoy leyendo. ¿Que Shoko os parece una debilucha y una muñeca de porcelana? ¿Pero vosotros cómo carajo pensáis que se comporta alguien que ha sufrido lo que pasa ella? Os pensáis que el acoso escolar es, qué sé yo, como un sombrerito gracioso, que si te cansas de él lo dejas tirado en cualquier lado y se acabó el problema. Si no te gusta que alguien te pegue y te insulte plántale cara. Claro que sí. Vulnerabilizar a una víctima de acoso, qué locura, ¿eh? No es como si el bullying tuviera capacidad de minar la confianza en ti mismo, volverte incapaz de plantar cara, destrozar tu vida social y crearte mil complejos, y hacerte caer en una espiral de autoinculpación. Todos esos casos de niños que se intentan suicidar por culpa del acoso de sus compañeros, seguro que son unos exagerados, si fueran fuertes de verdad o si cogieran el toro por los cuernos no les pasaría eso.
Yo sufrí esta mierda y os aseguro que banalizáis una barbaridad. No tenéis en cuenta mil cosas, que Shoko es sorda y eso crea una barrera tremenda a la hora de comunicarse, que constantemente siente que está haciendo la vida más difícil a los que le rodean, que incluso se lo gritan a la cara. Si no pensáis que una niña puede mostrarse débil y pasiva ante semejante nivel de estrés psicológico de verdad que tenéis una visión del acoso escolar tremendamente infantil. Si no pensáis que esto puede tener secuelas que duren años, incluso décadas, que dejen una huella profunda en tu personalidad y en tu forma de expresarte ante los demás, directamente vivís en el mundo mágico del arco iris con sabor a piruleta. Es más, ¿os acordáis de la escena en la que le planta cara a Shoya y le dice que está harta de esforzarse para encajar? Yo ni siquiera tuve eso en mi experiencia. Por si os pensáis que esa vulnerabilidad, esa falta de respuesta y de decisión es un truco de la peli para darnos penita. Por lo demás, la autoinculpación y el complejo de inferioridad, la falta de fuerza de voluntad para oponerse a alguien, la obsesión por caer bien y los mil "¿Me habré pasado?" si discute, se enfada, o insulta. Reconozco todo esto. Y también reconozco la ansiedad de Shoya, vuestro "agresor que sólo se da cuenta del daño que está haciendo cuando lo sufre en sus carnes" (cosa que precisamente la peli niega en redondo, pero bueno), cuando se ve señalado y ostracizado, la dificultad para volver a entablar conversaciones, para mirar incluso a la cara a sus compañeros y antiguos amigos.
No creo que esta película pretenda dar una perspectiva didáctica sobre el bullying, pero para decir que su descripción del mismo no se corresponde con la realidad, informaos en primer lugar sobre el tema, mostrad algo de empatía básica en el segundo y por último dejad de observar la problemática como un conflicto banal y estático de buenos y malos, porque ahí la peli os pinta la cara y para quedar en evidencia de esta manera es mejor dejar el teclado quietecito.
En fin, que ya va tocando hablar de la obra en sí. A spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Leo a mucha gente señalar un problema al respecto de la adaptación. Yo no voy a decir ni que sí ni que no a esto porque no he leído el manga, pero mi impresión es que la película funciona perfectamente por sí sola. Creo que entiendo ese pero que mencionáis muchos con la falta de enfoque en los personajes secundarios, pero no me parece que salga en absoluto mal parada de ello. ¿Realmente necesitamos media hora de narración exclusiva en él para entender las necesidades afectivas de Nagatsuka, de dónde viene y por qué es tan importante para él mantenerse fiel a Shoya? ¿De verdad nos hace falta que nos griten en la cara que lo que Kawai hace es echar balones fuera y escudarse en una actitud victimista y manipuladora para evitar afrontar un sentimiento de culpa? ¿Es preciso ahondar en la relación de Yuzuru con su hermana para entender lo que ha vivido como alguien muy cercano a ella y los miedos que tiene?
La peli está llena de sutilezas y detalles sugerentes que expanden lo que la historia nos cuenta de frente. Por ejemplo cuando fallece la abuela de Yuzuru y Shoko, esto no es simplemente una tragedia familiar sino que trasciende a un estado emocional brutal para ambas. El timing de la muerte también es significativo: la conversación anterior con Yuzuru, su pesadilla, etc. Te da una idea de lo que un evento así en una situación como ésta puede llegar a generar. O también otros ejemplos, como es la forma de narrar los intentos de suicidio, ambos observados desde la perspectiva de Shoya (la inercia rutinaria y silenciosa del primero, el dramatismo desbocado del segundo).
Los gestos. Cuándo dejamos de leer o escuchar la traducción simultánea en las escenas en las que se habla con lenguaje de signos, todo esto es importante. Las posiciones de los personajes cuando hablan uno respecto del otro, cuando agachan la cabeza, cuando se enfrentan cara a cara; el plano-contraplano de la abuela y Yuzuru en esa última conversación sin ir más lejos, que da una idea de la fluidez de ese diálogo y de la tranquilidad momentánea que esto supone para Yuzuru. Detalles visuales que te lo dicen todo, te hablan del nivel o de la falta de entendimiento y confianza mutua, por sí solos te indican el estado de la relación entre dos o más personajes. Es de agradecer una película de animación que vea el lenguaje visual no como un acompañamiento de las ideas del guión sino como un elemento comunicativo clave respecto del espectador, de tal manera que te esté contando narraciones paralelas enteras con éste.
Es obvio que yo por circunstancias personales tengo una perspectiva de la cinta que no va a compartir todo el mundo, y que a mí todo lo lento en ella me resulta fascinantemente inmersivo, todo lo que no se explica de frente me parece muy trascendente en lo que sugiere, y de ahí mi nota. Con esto no quiero decir que todos los que veáis "Koe no katachi" la vayáis a adorar, ni siquiera que os vayáis a sentir conmovidos o que os vaya a gustar; pero sus méritos están ahí y creo que deben reivindicarse porque películas que cuiden y potencien a tal nivel la capacidad expresiva de la animación como medio... pocas. Y no es la primera vez que Kyoto Animation destaca en esto, a un nivel que, sin ir más lejos, veo perfectamente capaz de mirar de tú a tú al importantísimo legado de Ghibli.
La peli está llena de sutilezas y detalles sugerentes que expanden lo que la historia nos cuenta de frente. Por ejemplo cuando fallece la abuela de Yuzuru y Shoko, esto no es simplemente una tragedia familiar sino que trasciende a un estado emocional brutal para ambas. El timing de la muerte también es significativo: la conversación anterior con Yuzuru, su pesadilla, etc. Te da una idea de lo que un evento así en una situación como ésta puede llegar a generar. O también otros ejemplos, como es la forma de narrar los intentos de suicidio, ambos observados desde la perspectiva de Shoya (la inercia rutinaria y silenciosa del primero, el dramatismo desbocado del segundo).
Los gestos. Cuándo dejamos de leer o escuchar la traducción simultánea en las escenas en las que se habla con lenguaje de signos, todo esto es importante. Las posiciones de los personajes cuando hablan uno respecto del otro, cuando agachan la cabeza, cuando se enfrentan cara a cara; el plano-contraplano de la abuela y Yuzuru en esa última conversación sin ir más lejos, que da una idea de la fluidez de ese diálogo y de la tranquilidad momentánea que esto supone para Yuzuru. Detalles visuales que te lo dicen todo, te hablan del nivel o de la falta de entendimiento y confianza mutua, por sí solos te indican el estado de la relación entre dos o más personajes. Es de agradecer una película de animación que vea el lenguaje visual no como un acompañamiento de las ideas del guión sino como un elemento comunicativo clave respecto del espectador, de tal manera que te esté contando narraciones paralelas enteras con éste.
Es obvio que yo por circunstancias personales tengo una perspectiva de la cinta que no va a compartir todo el mundo, y que a mí todo lo lento en ella me resulta fascinantemente inmersivo, todo lo que no se explica de frente me parece muy trascendente en lo que sugiere, y de ahí mi nota. Con esto no quiero decir que todos los que veáis "Koe no katachi" la vayáis a adorar, ni siquiera que os vayáis a sentir conmovidos o que os vaya a gustar; pero sus méritos están ahí y creo que deben reivindicarse porque películas que cuiden y potencien a tal nivel la capacidad expresiva de la animación como medio... pocas. Y no es la primera vez que Kyoto Animation destaca en esto, a un nivel que, sin ir más lejos, veo perfectamente capaz de mirar de tú a tú al importantísimo legado de Ghibli.