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Voto de Ghibliano:
10
7,6
184
Serie de TV. Animación. Aventuras. Drama
Serie de TV (2003). 1 temporada. 14 episodios. Kino es una joven inquieta que se dedica a recorrer el mundo acompañada por su medio de transporte: una moto llamada Hermes y con la habilidad de hablar. Viaja cuando y como quiere, pero siempre cumpliendo dos premisas muy importantes: no interferir en las peculiaridades de los lugares que visita y no permanecer más de 3 días en cada país. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2011
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tocado y hundido. Sin poder articular palabra. Después de 13 episodios manejándome como se le antojaba, enviándome de aquí para allá a conocer a los personajes más pintorescos, haciéndome sentirme parte de este viaje tan absurdo, sin motivo, sin una meta, pero a su manera esencial, "Kino no tabi" termina dejándome un sabor agridulce. Con la sensación de que me toca despedirme de un personaje que durante todos estos momentos ha sido mi guía, amigo y confidente, compartiendo su sorpresa ante las rarezas del mundo, sus deseos de conocer, sus miedos, reflexiones y debilidades.
Todo esto lo consigue una serie de estructura tan sencilla, una recopilación de anécdotas de viaje sin un hilo conductor más allá de la propia decisión de Kino de seguir viajando hasta el final. No llegamos nunca a entender por qué viaja, probablemente ni siquiera haya un "por qué". En vez de eso, la obra nos invita a abandonar nuestras expectativas y dejarnos llevar de la mano de su protagonista, ocurra lo que ocurra. Nada de esto serviría de no ser por un guión excelente, no necesariamente exento de fallos pero con un sentido del ritmo y un poder de evocación impresionantes, que logran crear una sensación de conjunto muy intensa.
Aunque tal vez su mayor acierto sea el retrato de Kino, la protagonista. Me gusta porque es hermética y comprensible al mismo tiempo, porque sabemos lo justo de ella pero, de alguna manera, la llegamos a conocer... Porque es un personaje con una voluntad tremenda, capaz de mantenerse siempre fiel a sus principios, y lo demuestra mostrándose neutral y respetuosa con aquellos a quienes entrevista; y sin embargo en ocasiones se ve que le cuesta, no es capaz de ignorar lo que ocurre a su alrededor. Porque es ágil, buena pistolera y puede salir de cualquier peligro; pero una simple noticia le hunde, hace que le flojeen las piernas y rompa a llorar. Porque es reflexiva, calmada y adora tumbarse en el suelo a hablar de cualquier cosa; pero al mismo tiempo vive de la aventura, la imprudencia y el riesgo. En resumen, porque es un personaje de matices, le entiendes tan bien como si estuvieras reflejado en ella.
Otro gran punto a favor es la presencia de Hermes. La idea de una moto parlante me asustaba, se ve como una nota de absurdo en una serie que no lo necesita, pero lo que me llamó la atención fue el tratamiento que se le da. En vez de contrastar lo irreal con lo real, aquí se funden. A nadie le sorprende que una moto hable, forma parte de la realidad del universo creado por el autor tanto como la propia Kino.
A nivel estético, se nota mucho la mano de Ryutaro Nakamura ("Serial experiments: Lain", "Colorful") en la manipulación del dibujo para transmitir sensaciones: el uso de las luces y sombras, la creación de ambientes, etc. También en la presencia de recursos característicos del autor, tales como los intertítulos mudos, en el ritmo lento y sosegado de los diálogos y en el carácter experimental en general de la animación.
Todo esto lo consigue una serie de estructura tan sencilla, una recopilación de anécdotas de viaje sin un hilo conductor más allá de la propia decisión de Kino de seguir viajando hasta el final. No llegamos nunca a entender por qué viaja, probablemente ni siquiera haya un "por qué". En vez de eso, la obra nos invita a abandonar nuestras expectativas y dejarnos llevar de la mano de su protagonista, ocurra lo que ocurra. Nada de esto serviría de no ser por un guión excelente, no necesariamente exento de fallos pero con un sentido del ritmo y un poder de evocación impresionantes, que logran crear una sensación de conjunto muy intensa.
Aunque tal vez su mayor acierto sea el retrato de Kino, la protagonista. Me gusta porque es hermética y comprensible al mismo tiempo, porque sabemos lo justo de ella pero, de alguna manera, la llegamos a conocer... Porque es un personaje con una voluntad tremenda, capaz de mantenerse siempre fiel a sus principios, y lo demuestra mostrándose neutral y respetuosa con aquellos a quienes entrevista; y sin embargo en ocasiones se ve que le cuesta, no es capaz de ignorar lo que ocurre a su alrededor. Porque es ágil, buena pistolera y puede salir de cualquier peligro; pero una simple noticia le hunde, hace que le flojeen las piernas y rompa a llorar. Porque es reflexiva, calmada y adora tumbarse en el suelo a hablar de cualquier cosa; pero al mismo tiempo vive de la aventura, la imprudencia y el riesgo. En resumen, porque es un personaje de matices, le entiendes tan bien como si estuvieras reflejado en ella.
Otro gran punto a favor es la presencia de Hermes. La idea de una moto parlante me asustaba, se ve como una nota de absurdo en una serie que no lo necesita, pero lo que me llamó la atención fue el tratamiento que se le da. En vez de contrastar lo irreal con lo real, aquí se funden. A nadie le sorprende que una moto hable, forma parte de la realidad del universo creado por el autor tanto como la propia Kino.
A nivel estético, se nota mucho la mano de Ryutaro Nakamura ("Serial experiments: Lain", "Colorful") en la manipulación del dibujo para transmitir sensaciones: el uso de las luces y sombras, la creación de ambientes, etc. También en la presencia de recursos característicos del autor, tales como los intertítulos mudos, en el ritmo lento y sosegado de los diálogos y en el carácter experimental en general de la animación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cada historia nos lleva a un lugar distinto, cuyos habitantes viven de acuerdo a unas reglas específicas. Son, en muchos casos, absurdos en su comportamiento, y sin embargo resultan extrañamente familiares. Sus costumbres ahondan en distintos aspectos del comportamiento humano: la comunicación, la literatura, la tecnología... Uno de los puntos más característicos de esta serie es que utiliza los extremos como un caso hipotético, en el que se asienta una reflexión sobre la condición humana en distintas formas. Así, se habla entre otros de cómo nos afectaría el hecho de no poder mentir en nuestras relaciones con los demás, hasta qué punto podemos distinguir ficción de realidad (y qué hermoso capítulo éste, cómo juega con la percepción del espectador) o la pérdida de nuestra identidad e iniciativa frente a los avances tecnológicos.
Y lo llamativo es que estos seres son humanos como nosotros, pero viven de acuerdo a reglas que nos parecen marcianas. Sus respuestas nos parecen inviables, pero sus problemas son los mismos que los nuestros y la lógica de cada caso es fácil de seguir. Por ejemplo, en un episodio, los habitantes de dos países distintos alcanzan la paz compitiendo en una masacre anual a una tribu vecina, y sin embargo están convencidos de hacer algo intachable, lo ven como una forma de desatar la violencia innata del ser humano, que amenaza a la estabilidad de cualquier acuerdo pacífico, minimizando los daños.
Y así con cada capítulo. Historias que nos llevan a explorar lo más profundo, desagradable o hermoso del comportamiento humano, con personajes que representan extremos, pero remiten irremediablemente a la realidad, ya sea como simple hipótesis o como reflejo magnificado de algo que estamos acostumbrados a tratar.
Hay algún episodio un poco más flojo, y esto es lo único que criticaría. En concreto, el de la mujer amnésica no me gustó mucho, y la resolución me pareció demasiado evidente e inadecuada. Es decir, me habría gustado más que se tratara el tema de la deshumanización, lo que supone tener a robots con emociones humanas y humanos con la frialdad mecánica de robots, y lo estropea con una resolución demasiado "lógica".
Se me ocurre además que pueden surgir críticas a su lentitud. Pero yo creo que en este caso nos encontramos ante un acierto. En vez de acumular información, se busca reflexionar sobre ella y sus consecuencias. Además, el hecho de asociar esta calma a la vida de un personaje que vaga por el mundo sin nada que le ate le da un toque muy romántico, casi diría que relajante y catártico, e incita a dejarse llevar por los acontecimientos en vez de esperar algo en concreto. Si se contara de otra forma, perdería muchísimo.
Aún con estas consideraciones, creo que esta serie es recomendable para cualquiera. Tal vez su mayor problema es que requiere una complicidad con lo que se cuenta, y eso depende mucho del estado de ánimo. Pero aún así, merece la pena, mucho, intentarlo al menos una vez.
Y lo llamativo es que estos seres son humanos como nosotros, pero viven de acuerdo a reglas que nos parecen marcianas. Sus respuestas nos parecen inviables, pero sus problemas son los mismos que los nuestros y la lógica de cada caso es fácil de seguir. Por ejemplo, en un episodio, los habitantes de dos países distintos alcanzan la paz compitiendo en una masacre anual a una tribu vecina, y sin embargo están convencidos de hacer algo intachable, lo ven como una forma de desatar la violencia innata del ser humano, que amenaza a la estabilidad de cualquier acuerdo pacífico, minimizando los daños.
Y así con cada capítulo. Historias que nos llevan a explorar lo más profundo, desagradable o hermoso del comportamiento humano, con personajes que representan extremos, pero remiten irremediablemente a la realidad, ya sea como simple hipótesis o como reflejo magnificado de algo que estamos acostumbrados a tratar.
Hay algún episodio un poco más flojo, y esto es lo único que criticaría. En concreto, el de la mujer amnésica no me gustó mucho, y la resolución me pareció demasiado evidente e inadecuada. Es decir, me habría gustado más que se tratara el tema de la deshumanización, lo que supone tener a robots con emociones humanas y humanos con la frialdad mecánica de robots, y lo estropea con una resolución demasiado "lógica".
Se me ocurre además que pueden surgir críticas a su lentitud. Pero yo creo que en este caso nos encontramos ante un acierto. En vez de acumular información, se busca reflexionar sobre ella y sus consecuencias. Además, el hecho de asociar esta calma a la vida de un personaje que vaga por el mundo sin nada que le ate le da un toque muy romántico, casi diría que relajante y catártico, e incita a dejarse llevar por los acontecimientos en vez de esperar algo en concreto. Si se contara de otra forma, perdería muchísimo.
Aún con estas consideraciones, creo que esta serie es recomendable para cualquiera. Tal vez su mayor problema es que requiere una complicidad con lo que se cuenta, y eso depende mucho del estado de ánimo. Pero aún así, merece la pena, mucho, intentarlo al menos una vez.