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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
3
Drama. Intriga Finn, un fotógrafo de fama internacional, lleva una vida trepidante que muchos envidian. Pero, de repente, sufre una crisis existencial y decide abandonarlo todo. Desde Düsseldorf llega a Palermo, donde se cruza en su camino un misterioso asesino. A partir de ese momento, empieza para él una nueva vida, también gracias a Flavia, una restauradora que encuentra en la ciudad portuaria. (FILMAFFINITY)
20 de noviembre de 2009
19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Palermo Shooting" era una nueva oportunidad de Wenders para renacer en la tierra que le vió crecer con obras como "El amigo americano" o "El cielo sobre Berlín" pero, pudiendo tratar múltiples temas entorno al mundo que rodea al protagonista, el alemán se ciñe a un tema mucho más intrincado y complejo como la muerte, decidiendo así emplear como complemento y de fondo la ciudad de Palermo y ofreciéndole un rol más que dudoso al gran Dennis Hooper.

Por suerte, no todo es tan negro como parece en este nuevo film de Wenders, y en el momento de su arranque simplemente seguimos la trayectoria de un fotógrafo profesional, cuasi-cameo de Milla Jovovich incluido, que decide quedarse en la ciudad italiana unos días para empaparse de ese ambiente que parece respirarse en ella.
A partir de ese instante, los personajes aparecen y deambulan por "Palermo Shooting" y, aunque no parecen tener un objetivo más allá de ofrecer algo de clarividencia en forma de diálogos (objetivo erróneo, debería ser labor del guión), uno de ellos se erige como puntal en la obra de Wenders: Karla, una muchacha que acompañará al protagonista en las diversas peripecias que se darán cita en Palermo.

Si hasta ese punto todo podía mantenerse porque el director bávaro todavía no había otorgado los ejes de su obra, es el momento en el que aparecen las pretensiones alegóricas cuando se empieza a perder el norte y, a la postre, el tono de la obra queda extrañamente reducido ante un extraño poso que otorga el hecho de intentar mezclar la realidad que hasta ese momento se veía en la cinta con un componente ficticio/fantástico que desequilibra la línea trazada hasta entonces y logra que todo empiece a tornarse no sólo enrarecido, sino además estrafalario.

Por si fuera poco, el propio Wenders remata con un final que roza el ridículo y no resulta más que irrisorio queriendo ser clarividente, y dejando las pretensiones de "Palermo Shooting" en algo tan simple, tan mecánico que uno no puede hacer otra cosa que lamentar el tiempo y el talento perdidos en ésta obra, pues si bien hay algo que no perdona, eso es sin lugar a dudas el curso del tiempo.
Grandine
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