Media votos
4,3
Votos
2.812
Críticas
2.811
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ferdydurke:
3
4,8
27.903
Ciencia ficción. Thriller. Terror
Tras años de experimentación, el brillante y arrogante científico Sebastian Caine (Kevin Bacon) ha descubierto la fórmula para hacer invisible la materia. Obsesionado con su proyecto, obliga a sus colaboradores a que lo utilicen como cobaya humana. La prueba constituye un éxito, pero el proceso resulta irreversible. Condenado a una vida sin cuerpo, Caine empieza a mostrar una conducta muy extraña. (FILMAFFINITY)
26 de octubre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre lo he pensado, los maniquíes son seres siniestros que detrás de esa fachada inerte y bonachona esconden perversidad e hipocresía para regalar. Solo hay que fijarse un poco, pillarles en un renuncio, desprevenidos, mirar cuando no se lo esperen. Entonces descubres la terrible verdad: están ahí, vivos, a mala idea, para dañarnos cuando nos confiamos; nos envidian, odian nuestra libertad y dulzura. Habría que quemarlos (como sugiere la peli) a todos, sin compasión, organizar una grandiosa pira funeraria, una catarsis colectiva.
Bueno, esto va de un científico sonado, para variar, que, en lo que tarda una lágrima en brotar, descubre la invisibilidad. Listo que es uno. El tío que lo vale. Pero ya sabemos que Dios no reparte con justicia ni criterio, y le da inteligencia al que no tiene moral; bromista y esquinado que le dicen; pasarratos creo yo. Sigo, y claro, como es más malo que la quina, pues se dedica a sembrar el caos, a crear el reino del terror. El ansia viva, la voluntad de poder; en verdad sobre todo de sexo, está mu salido y quiere hincharse a follar. Pero seríamos injustos si no viésemos que, como todos los hombres grandes, tiene un amor no correspondido que es su motor y esperanza, su Rosebud, su talón de Aquiles; asunto que ya explicó brillantemente Fincher en la aclamada "La red social", esas cosas que mueven el mundo, el sustrato profundo y esencial. Y es la pérfida Elisabeth (rotunda rubia) la dueña de su corazón, la bella, la traidora... (igualita a la Marieta de Krahe), la gran culpable, que si le hubiese hecho más caso al pobre y le hubiera arropado en las frías noches de invierno, nada de todo esto hubiera ocurrido, tanto tonto dolor nos hubiésemos ahorrado. Pero la muy casquivana y relajada se dedica a ponerle los cuernos, sí (aunque lo intente vender con miserias psicológicas, con tópicos ausentes), con su compañero de trabajo, su odiado rival, su horrible némesis. Si es que...; pero claro, todo tiene un límite y este buen hombre también.
Lo dicho, se le hinchan las pelotas y...
Bueno, esto va de un científico sonado, para variar, que, en lo que tarda una lágrima en brotar, descubre la invisibilidad. Listo que es uno. El tío que lo vale. Pero ya sabemos que Dios no reparte con justicia ni criterio, y le da inteligencia al que no tiene moral; bromista y esquinado que le dicen; pasarratos creo yo. Sigo, y claro, como es más malo que la quina, pues se dedica a sembrar el caos, a crear el reino del terror. El ansia viva, la voluntad de poder; en verdad sobre todo de sexo, está mu salido y quiere hincharse a follar. Pero seríamos injustos si no viésemos que, como todos los hombres grandes, tiene un amor no correspondido que es su motor y esperanza, su Rosebud, su talón de Aquiles; asunto que ya explicó brillantemente Fincher en la aclamada "La red social", esas cosas que mueven el mundo, el sustrato profundo y esencial. Y es la pérfida Elisabeth (rotunda rubia) la dueña de su corazón, la bella, la traidora... (igualita a la Marieta de Krahe), la gran culpable, que si le hubiese hecho más caso al pobre y le hubiera arropado en las frías noches de invierno, nada de todo esto hubiera ocurrido, tanto tonto dolor nos hubiésemos ahorrado. Pero la muy casquivana y relajada se dedica a ponerle los cuernos, sí (aunque lo intente vender con miserias psicológicas, con tópicos ausentes), con su compañero de trabajo, su odiado rival, su horrible némesis. Si es que...; pero claro, todo tiene un límite y este buen hombre también.
Lo dicho, se le hinchan las pelotas y...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Slasher chungo y cutre para acabar. Encerrados y uno a uno espichándola con la rutina necrófila de siempre, el muere banal de costumbre, sin gracia y con (demasiada) sangre. Queríamos abismos, aire puro, campo abierto para nuestro diabólico héroe, que creara imperios, asolara mundos, derrocara gobiernos, invadiera países y arrasara con todo. No verle atrapado entre cuatro tristes paredes; rodeado de gente sin alma, de mediocres medrosos, de memos abotargados. No merecía un final tan chusco; su hecatombe debió estar llena de enormidades abisales, de profundidades insondables.
Y cascada de finales, a cual más desastroso y lamentable, en uno de los cierres más chapuceros y vergonzosos que uno pueda imaginarse.
Y también hay un poco de moralina típica: somos miserables y pequeños, vivimos amansados, en rebaño bovino, y así debe ser. Porque si nos engolfamos con nuestros dones y abrazamos el progreso y la razón, acabamos dando tumbos, entre fuego y barbarie. Peor es meneallo, mejor seguir el ritmo marcado, el paso ciego del pelotón, no vaya a ser que descubramos algo y se abra La Caja de Pandora. ¿Conservadurismo quizás, novedad hirsuta? Cuánto daño hizo Prometeo, en casa debió quedar, viendo fútbol, nada de incordiar Dioses. Qué ganas de molestar pa na.
Pues eso, empieza bien y acaba como el culo. Una progresión geométrica implacable y descendente, a cada minuto que pasa es peor que el anterior, más pésimo y cobarde. Se ven las malicias y cinismos habituales de Verhoeven; y eso hace más doloroso el nefando, el romo resultado. Paciencia, ya pasará.
Y cascada de finales, a cual más desastroso y lamentable, en uno de los cierres más chapuceros y vergonzosos que uno pueda imaginarse.
Y también hay un poco de moralina típica: somos miserables y pequeños, vivimos amansados, en rebaño bovino, y así debe ser. Porque si nos engolfamos con nuestros dones y abrazamos el progreso y la razón, acabamos dando tumbos, entre fuego y barbarie. Peor es meneallo, mejor seguir el ritmo marcado, el paso ciego del pelotón, no vaya a ser que descubramos algo y se abra La Caja de Pandora. ¿Conservadurismo quizás, novedad hirsuta? Cuánto daño hizo Prometeo, en casa debió quedar, viendo fútbol, nada de incordiar Dioses. Qué ganas de molestar pa na.
Pues eso, empieza bien y acaba como el culo. Una progresión geométrica implacable y descendente, a cada minuto que pasa es peor que el anterior, más pésimo y cobarde. Se ven las malicias y cinismos habituales de Verhoeven; y eso hace más doloroso el nefando, el romo resultado. Paciencia, ya pasará.