Media votos
7,0
Votos
8
Críticas
7
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de erinacevs:
8
7,4
2.241
Animación. Ciencia ficción. Acción. Drama
Cuarto y último volumen de La Reconstrucción de Evangelion. Misato y su grupo anti-NERV, Wille, llegan a una París roja por la nucleización. La tripulación de la nave Wunder aterriza en una torre de contención con solo 720 segundos para reestablecer la ciudad. Cuando una horda de Evas NERV aparece, la mejorada Unidad Eva 8 debe interceptarlos. Mientras, Shinji, Asuka y Rei merodean por Japón. (FILMAFFINITY)
13 de agosto de 2021
71 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen obras que trascienden a la propia industria a la que pertenecen. "Neon Genesis Evangelion" (1995) es una de ellas. Durante más de veinticinco años la serie de televisión y sus películas continuadoras se han mantenido como un fenómeno de masas que va más allá del anime. Tras múltiples retrasos desde su fecha prevista original en 2014, y con su lanzamiento definitivo confirmado para 2020 retrasado a causa de la pandemia de COVID-19, finalmente "Evangelion 3.0+1.0" llega a Occidente meses después de su estreno en Japón y, como no podía ser de otra forma observando la dinámica actual de grandes estrenos, a través de una plataforma digital, en este caso Amazon Prime.
La saga “Rebuild” que se inició en 2007 con el estreno de “Evangelion 1.0” ha tardado catorce años en completarse. Se dice pronto, y más teniendo en cuenta que entre el estreno de "Evangelion 3.33" (2012) y su continuación, punto final de la saga y quién sabe si de la franquicia, han pasado nueve años. Como referencia, más tiempo que entre el estreno de “The End of Evangelion” (1997) y el anuncio de su reboot. La pregunta a resolver resulta entonces obvia: ¿Está el film a la altura de su espera? Difícil respuesta, y más cuando se trata de una sombra tan alargada como la de la obra insignia de Hideaki Anno, pero defintivamente hay que inclinarse por un sí.
"Evangelion 3.0+1.0" cumple sobradamente con las expectativas de lo que pueda esperarse como final. ¿Es la mejor película de Evangelion? No, "The End of Evangelion", en la que esta intenta fijarse y mucho, mantiene un valor cinematográfico al que se aspira pero que no se alcanza. ¿Es entonces la mejor del Rebuild? En aspectos técnicos, 3.0+1.0 resulta una obra maestra de la animación, aunque en un compendio general y a título personal 2.0 siga siendo el clímax de este arco. Por otro lado, todo lo que hace única a 3.0+1.0, especialmente en el tratamiento de los personajes tanto en la primera hora de la película como en su final, es remarcable. ¿Dónde falla entonces? En un caos narrativo que solo puede leerse en la zona spoiler.
Como se dijo, la película es una delicia visual. Una experiencia obligatoria para cualquier amante del cine de animación. Fotografía cuidada, armónica y de impacto, un diseño de escenarios excepcional y un gran trabajo de animación, expresiva y detallista. En el apartado sonoro, la OST de Shiro Sagisu aporta a la película gran parte de su alma. Tanto en los temas nuevos como en las rearmonizaciones de clásicos, el compositor desarrolla un trabajo fantástico desde los créditos, con pistas variadas que van desde los icónicos solos de piano hasta las piezas orquestrales llenas de fuerza, coros y percusión. Mención especial a Hikaru Utada y el tema de los créditos, "One Last Kiss".
Sin embargo, y a pesar de la señalada como excelente animación, es importante también reseñar como se han diseñado y propuesto las escenas de acción. El CGI permite secuencias espectaculares, que desafían la física y que niega constantemente las leyes de la gravedad. Si bien el resultado es vistoso, entretenido y, aunque con excepciones, fácil de seguir sin perder la vista en un mar de explosiones y giros vertiginosos, como pudiera ocurrir en 3.33, es imposible no realizar comparaciones con la animación tradicional del NGE original y la propuesta de las dos primeras películas del Rebuild. El excelso combate entre la Unidad 02 y los EVA Series en “The End of Evangelion”, o la batalla final de 2.0, siguen siendo, incluso después de este estreno, ampliamente superiores, y es que aunque las ideas de los combates son muy buenas, el uso de la animación 3D en los EVAs llega en muchas ocasiones a romper visualmente con el resto del escenario, dando una extraña sensación de tosquedad o bajada de calidad. Quizá, a título personal, hubiera sido más interesante apostar por combates menos ambiciosos pero mejor integrados estéticamente.
El plano argumental será quizá donde la película sin duda levantará más debate y división. Evangelion siempre ha funcionado en dos planos: Uno construido alrededor de las idiosincrasias de los impactos, su funcionamiento, rituales y motivaciones de sus impulsores, y otro centrado en el desarrollo psicológico de sus personajes y las relaciones humanas entre sí. El primer marco sigue la dinámica habitual de la franquicia, planteando un misterioro puzzle lleno de símbolos y pistas falsas que los fans más acérrimos se encargarán de armar durante los meses o años venideros, donde encontraremos más preguntas que respuestas. De poco sirve profundizar ahora aquí, pues terminar la película con la sensación de no haber comprendido nada es parte del juego, y parece que no podría ser de otra forma. Sin embargo, se hubiera agradecido una mayor claridad tratándose del último episodio, y observándose como, aún así, se han propuesto enigmas nuevos prácticamente irresolubles.
El segundo plano, que es el que para muchos/as hace verdaderamente memorable el universo de Evangelion, resultará en esta ocasión mucho más directo y cerrado que en anteriores capítulos, consiguiendo mantener el equilibrio entre la profundidad de la psique de personajes con profundos traumas adquiridos durante un lapso de catorce años, y las limitaciones de cerrar sus historias en apenas dos horas y media. Lo consigue de forma bastante solvente. Indagar más sería caer en spoilers, pero todos los personajes importantes de la obra disponen de su momento de gloria, donde los espectadores podrán entender, o al menos intuir, qué rasgos de su personalidad se mantuvieron o evolucionaron durante el salto temporal que divide las dos primeras y las dos últimas películas de Rebuild. En spoilers, más sobre esto.
En definitiva, un gran final para Evangelion que satisfará a todo tipo de fans. O, al menos, les hará soltar alguna lágrima producto de la nostalgia y de un mensaje final que, sin duda, resulta incluso más edificante y positivo que el que tuviéramos hace 26 años en "The End". Muy recomendable.
La saga “Rebuild” que se inició en 2007 con el estreno de “Evangelion 1.0” ha tardado catorce años en completarse. Se dice pronto, y más teniendo en cuenta que entre el estreno de "Evangelion 3.33" (2012) y su continuación, punto final de la saga y quién sabe si de la franquicia, han pasado nueve años. Como referencia, más tiempo que entre el estreno de “The End of Evangelion” (1997) y el anuncio de su reboot. La pregunta a resolver resulta entonces obvia: ¿Está el film a la altura de su espera? Difícil respuesta, y más cuando se trata de una sombra tan alargada como la de la obra insignia de Hideaki Anno, pero defintivamente hay que inclinarse por un sí.
"Evangelion 3.0+1.0" cumple sobradamente con las expectativas de lo que pueda esperarse como final. ¿Es la mejor película de Evangelion? No, "The End of Evangelion", en la que esta intenta fijarse y mucho, mantiene un valor cinematográfico al que se aspira pero que no se alcanza. ¿Es entonces la mejor del Rebuild? En aspectos técnicos, 3.0+1.0 resulta una obra maestra de la animación, aunque en un compendio general y a título personal 2.0 siga siendo el clímax de este arco. Por otro lado, todo lo que hace única a 3.0+1.0, especialmente en el tratamiento de los personajes tanto en la primera hora de la película como en su final, es remarcable. ¿Dónde falla entonces? En un caos narrativo que solo puede leerse en la zona spoiler.
Como se dijo, la película es una delicia visual. Una experiencia obligatoria para cualquier amante del cine de animación. Fotografía cuidada, armónica y de impacto, un diseño de escenarios excepcional y un gran trabajo de animación, expresiva y detallista. En el apartado sonoro, la OST de Shiro Sagisu aporta a la película gran parte de su alma. Tanto en los temas nuevos como en las rearmonizaciones de clásicos, el compositor desarrolla un trabajo fantástico desde los créditos, con pistas variadas que van desde los icónicos solos de piano hasta las piezas orquestrales llenas de fuerza, coros y percusión. Mención especial a Hikaru Utada y el tema de los créditos, "One Last Kiss".
Sin embargo, y a pesar de la señalada como excelente animación, es importante también reseñar como se han diseñado y propuesto las escenas de acción. El CGI permite secuencias espectaculares, que desafían la física y que niega constantemente las leyes de la gravedad. Si bien el resultado es vistoso, entretenido y, aunque con excepciones, fácil de seguir sin perder la vista en un mar de explosiones y giros vertiginosos, como pudiera ocurrir en 3.33, es imposible no realizar comparaciones con la animación tradicional del NGE original y la propuesta de las dos primeras películas del Rebuild. El excelso combate entre la Unidad 02 y los EVA Series en “The End of Evangelion”, o la batalla final de 2.0, siguen siendo, incluso después de este estreno, ampliamente superiores, y es que aunque las ideas de los combates son muy buenas, el uso de la animación 3D en los EVAs llega en muchas ocasiones a romper visualmente con el resto del escenario, dando una extraña sensación de tosquedad o bajada de calidad. Quizá, a título personal, hubiera sido más interesante apostar por combates menos ambiciosos pero mejor integrados estéticamente.
El plano argumental será quizá donde la película sin duda levantará más debate y división. Evangelion siempre ha funcionado en dos planos: Uno construido alrededor de las idiosincrasias de los impactos, su funcionamiento, rituales y motivaciones de sus impulsores, y otro centrado en el desarrollo psicológico de sus personajes y las relaciones humanas entre sí. El primer marco sigue la dinámica habitual de la franquicia, planteando un misterioro puzzle lleno de símbolos y pistas falsas que los fans más acérrimos se encargarán de armar durante los meses o años venideros, donde encontraremos más preguntas que respuestas. De poco sirve profundizar ahora aquí, pues terminar la película con la sensación de no haber comprendido nada es parte del juego, y parece que no podría ser de otra forma. Sin embargo, se hubiera agradecido una mayor claridad tratándose del último episodio, y observándose como, aún así, se han propuesto enigmas nuevos prácticamente irresolubles.
El segundo plano, que es el que para muchos/as hace verdaderamente memorable el universo de Evangelion, resultará en esta ocasión mucho más directo y cerrado que en anteriores capítulos, consiguiendo mantener el equilibrio entre la profundidad de la psique de personajes con profundos traumas adquiridos durante un lapso de catorce años, y las limitaciones de cerrar sus historias en apenas dos horas y media. Lo consigue de forma bastante solvente. Indagar más sería caer en spoilers, pero todos los personajes importantes de la obra disponen de su momento de gloria, donde los espectadores podrán entender, o al menos intuir, qué rasgos de su personalidad se mantuvieron o evolucionaron durante el salto temporal que divide las dos primeras y las dos últimas películas de Rebuild. En spoilers, más sobre esto.
En definitiva, un gran final para Evangelion que satisfará a todo tipo de fans. O, al menos, les hará soltar alguna lágrima producto de la nostalgia y de un mensaje final que, sin duda, resulta incluso más edificante y positivo que el que tuviéramos hace 26 años en "The End". Muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Uno de los puntos que elevan indudablemente el valor de 3.0+1.0 dentro de la franquicia es su genial trabajo ampliando el mundo de Evangelion. Mientras que la serie original, “The End of Evangelion” y las tres primeras películas de este Rebuild reducían prácticamente sus escenarios a la base de NERV en Tokyo-3, esta última película finalmente decide mostrar algo más del mundo. La sede de EuroNERV en París, el Pueblo 3 o la base de NERV en la antigua Antártida, consiguen abrir los espacios de la serie, al contrario de lo que ocurría en 3.33, donde el mundo se planteaba vacío y muerto salvo por los personajes principales de la obra, que parecieran los únicos habitantes del planeta.
Mención especial al pueblo de refugiados y la presentación de la vida de aquellos que sobreviven en un mundo post-impacto, donde se desarrolla una primera hora completamente diferente a la que muchos hubiéramos esperado recibir de esta película final tras 3.33, pero que sin duda resulta fantástica para el desarrollo de Rei 6 y de Asuka Shikinami (que no Langley).
Sin embargo, la cruz la encontramos en el tramo final de la película, que complica las cosas sobremanera. Si de por sí Rebuild nos planteaba innumerables dudas, ahora se nos introducen una serie de conceptos completamente ignorados durante las entregas anteriores que cobran una importancia mayúscula y que, como tantas otras cosas en Evangelion, no reciben ni una mínima explicación.
Uno llega a preguntarse si para contar, tras nueve años de espera, el desenlace de una historia sobre el amor más allá de la muerte, la búsqueda de una misión en el mundo y la identidad, las relaciones entre seres traumatizados o como el tiempo afecta a las mismas, era necesario introducir en la última hora de película conceptos de “worldbuilding" como el antiuniverso, el Evangelion Imaginario o el Objeto Gólgota. Si bien esta nunca ha sido una serie con un mundo sencillo de entender, la explicación se quedaba en lo complejo, no en lo casi imposible.
Las referencias a “The End of Evangelion” resultan esperables aunque francamente descafeinadas. La presencia de Rei gigante, donde podemos decir sin mucho miedo a equivocarnos que aparece prácticamente de la nada, no alcanza ni de lejos el simbolismo o significación que tenía en el Tercer Impacto original. Las cosas ocurren de una forma tan rápida y confusa que al espectador no le da tiempo a asimilar lo que está pasando.
Sin embargo, el último viaje al mundo interior de los personajes, en especial a un Gendo que brilla como nunca lo había hecho hasta ahora, lo compensan con creces. Esto es realmente una constante en toda la película, y sin duda lo más interesante de la misma. Nos encontraremos con una Rei 6 que busca su propia identidad, una Misato que se debate entre la responsabilidad y el afecto, o una Asuka Shikinami que ha crecido y madurado frente a un Shinji detenido en el tiempo, y que resulta guardar un origen que la acerca más a Rei que a su homólogo de la NGE original.
Nos encontramos también ante el Shinji Ikari que más aprende y madura de toda la saga. De su depresión absoluta al que posiblemente sea su momento más memorable, lo encontremos aquí confrontando finalmente a su padre en un melodramático encuentro rodeado del escenario (literal) de su imaginación y sus recuerdos.
El mensaje final de la película, que reproduce en líneas generales lo que ya planteaban los episodios 25 y 26 de la serie original, se envuelve entre visiones y metáforas e invita a los espectadores a dar un paso adelante, enfrentarse al mundo real, y despedir el miedo a los otros y a uno mismo. Todo mientras también sirve de despedida de Hideaki Anno a la franquicia y a los seguidores de Evangelion. Un final redondo.
Quizá en un tiempo, con un revisionado y con los enigmas resueltos al alcance de la explicación en un click, esta 3.0+1.0 resulte una experiencia mucho más sencilla para el público. Aún así, el resultado tras la larga espera es más que satisfactorio.
Mención especial al pueblo de refugiados y la presentación de la vida de aquellos que sobreviven en un mundo post-impacto, donde se desarrolla una primera hora completamente diferente a la que muchos hubiéramos esperado recibir de esta película final tras 3.33, pero que sin duda resulta fantástica para el desarrollo de Rei 6 y de Asuka Shikinami (que no Langley).
Sin embargo, la cruz la encontramos en el tramo final de la película, que complica las cosas sobremanera. Si de por sí Rebuild nos planteaba innumerables dudas, ahora se nos introducen una serie de conceptos completamente ignorados durante las entregas anteriores que cobran una importancia mayúscula y que, como tantas otras cosas en Evangelion, no reciben ni una mínima explicación.
Uno llega a preguntarse si para contar, tras nueve años de espera, el desenlace de una historia sobre el amor más allá de la muerte, la búsqueda de una misión en el mundo y la identidad, las relaciones entre seres traumatizados o como el tiempo afecta a las mismas, era necesario introducir en la última hora de película conceptos de “worldbuilding" como el antiuniverso, el Evangelion Imaginario o el Objeto Gólgota. Si bien esta nunca ha sido una serie con un mundo sencillo de entender, la explicación se quedaba en lo complejo, no en lo casi imposible.
Las referencias a “The End of Evangelion” resultan esperables aunque francamente descafeinadas. La presencia de Rei gigante, donde podemos decir sin mucho miedo a equivocarnos que aparece prácticamente de la nada, no alcanza ni de lejos el simbolismo o significación que tenía en el Tercer Impacto original. Las cosas ocurren de una forma tan rápida y confusa que al espectador no le da tiempo a asimilar lo que está pasando.
Sin embargo, el último viaje al mundo interior de los personajes, en especial a un Gendo que brilla como nunca lo había hecho hasta ahora, lo compensan con creces. Esto es realmente una constante en toda la película, y sin duda lo más interesante de la misma. Nos encontraremos con una Rei 6 que busca su propia identidad, una Misato que se debate entre la responsabilidad y el afecto, o una Asuka Shikinami que ha crecido y madurado frente a un Shinji detenido en el tiempo, y que resulta guardar un origen que la acerca más a Rei que a su homólogo de la NGE original.
Nos encontramos también ante el Shinji Ikari que más aprende y madura de toda la saga. De su depresión absoluta al que posiblemente sea su momento más memorable, lo encontremos aquí confrontando finalmente a su padre en un melodramático encuentro rodeado del escenario (literal) de su imaginación y sus recuerdos.
El mensaje final de la película, que reproduce en líneas generales lo que ya planteaban los episodios 25 y 26 de la serie original, se envuelve entre visiones y metáforas e invita a los espectadores a dar un paso adelante, enfrentarse al mundo real, y despedir el miedo a los otros y a uno mismo. Todo mientras también sirve de despedida de Hideaki Anno a la franquicia y a los seguidores de Evangelion. Un final redondo.
Quizá en un tiempo, con un revisionado y con los enigmas resueltos al alcance de la explicación en un click, esta 3.0+1.0 resulte una experiencia mucho más sencilla para el público. Aún así, el resultado tras la larga espera es más que satisfactorio.