Antes de que Renny Harlin se sumergiera en el fango de forma inexplicable, nos dejó esta película que no pasará a la lista de clásicos del género pero que se deja ver muy bien. Argumentalmente es un collage de otras ideas previas, sobre todo del Universo Bourne muchos años antes de que Matt Damon lo resucitara brillantemente; no se esperen más de lo que hay, es decir, espias, organizaciones gubernamentales malutas y situaciones rocambolescas. En el reparto debe destacarse sobre todo a Jackson, que compone un chulo vulnerable perfecto, y respecto a Geena Davis, consiguió consolidarse como icono femenino de acción, algo bastante dificil. Pues eso, saltos, tiros y carreras bien rodados en la mejor tradición de los 80 y los suficiente para hacer pasar un buen rato al margen de los montajes epilépticos, los zooms y los trampantojos posteriores que acabaron con el género.