Cinco años de espera para poder encontrar esta fabulosa cinta dentro de Filmaffinity, la cual
en tono de comedia muestra las personalidades dispares de cuatro individuos, quienes no terminan por definir su proyecto de vida y deambulan sin percatarse de su temor al compromiso y la obstinación por las relaciones destructivas, valga la redundancia Sin ton ni son, dice alguna frase en el léxico del mexicano.

Orlando, un hombre aburrido de la rutina entre el trabajo, sus amigos y su hogar, pierde fácilmente los estribos y su pareja en turno, Sonia, soporta sus arranques de ira, soberbia y egoísmo. Ella contrariamente a él, busca la paz interior con diversos métodos y está sumamente convencida de que Orlando atraviesa por un periodo de neurosis que tarde o temprano pasará y poder continuar con su vida en pareja. Por otro lado vemos a Renée agobiada por la indiferencia de Mauricio, con quien dice “vivir”, pero con quien solo comparte el departamento que habitan. El trabajo de tiempo completo como hacker o programador de sistemas computacionales absorben la atención de la pareja de Renée, ambos saben el fracaso inminente que viven, pero su orgullo y sensación de dominio, por el otro hacen una relación tormentosa.

Con buenas críticas recibidas dentro del festival de Guadalajara a principios de la década, Sin ton ni Sonia encontró la oportunidad de ser exhibida al público en general, de quien obtuvo comentarios severos y rechazo innegable, supongo se debe al no entregarnos una trama más convencional de los problemas de pareja que viven hoy en día la gente. Por el contrario yo encuentro en la cinta esa inestabilidad y falta de compromiso, la necesidad de afecto y su búsqueda por la incapacidad o intolerancia al estado de soledad que en muchas ocasiones impulsa a la toma de decisiones equivocas. Además las afecciones de nuestro estado de ánimo con familiares, amigos o compañeros de trabajo, así como el egoísmo que nos invade al no reconocer los errores de nuestros actos.

Para disfrutar el filme hay que aceptar momentáneamente la desfachatez de Orlando, quien definitivamente altera el orden de todos aquellos que lo rodean; su actitud negativa y destructiva la expresa con el mínimo detalle con el que se encuentre en desacuerdo. Con análisis es un personaje ridículo, auspiciado en una comedia apta para quienes gustan de humor candido o bien de chiste bajo receta.

Sin ton ni Sonia es comedia combinada con thriller, debido a la inclusión de una tercera trama, que si bien no aporta algo significante, por lo menos los momentos chuscos no faltarán. Otra cosa que me roba la atención es la caracterización y las escenografías, llenas de colores vivos y con cierta tendencia hacia los años 70's, reforzada por algunos temas de aquel tiempo, que hacen una película del nuevo siglo inspirada en elementos de moda treinta años atrás.

Continúa en spoiler...