Miniserie británica emitida en España por TVE con el título, más correcto, de "Los chicos de las piedras", es una estimulante mezcla de drama rural, terror, ciencia-ficción e investigación histórica, arqueológica y científica. Los créditos iniciales, que nos dejan ver las rocas megalíticas mientras escuchamos unos extraños cánticos, ponen los pelos de punta a cualquier espectador con un poco de sensibilidad, y crean una inquietud que se transmite a toda la historia. Esta serie une elementos muy diversos, como el megalitismo y las creencias ligadas al mismo -con el círculo de piedras de Stonehenge como la referencia megalítica más famosa en el Reino Unido-, la ciencia del siglo XX, Sodoma y Gomorra, el caciquismo a la británica, los pueblos aislados del mundo que siguen costumbres peculiares y diferentes, como el de "El hombre de mimbre" (The Wicker Man, 1973), de Robin Hardy, y hasta la posibilidad de la existencia de mundos alternativos.

Pese a sus limitaciones -es una miniserie- se trata de una ficción televisiva tan curiosa como estimulante, y además pertenece a unos años muy creativos para la ficción televisiva británica, entre "El prisionero" (The Prisoner, 1967-1968) y "Zafiro y Acero" (Sapphire & Steel, 1979-1982), que para mí son, por cierto, dos de las mejores series de TV de todos los tiempos.