Es una verdadera pena, que películas de gran calidad como “Last Orders”, aunque procedan de pequeños estudios independientes, estén tan relegadas al olvido, casi nadie las menciona y quedan postergadas al silencio, cuando en realidad contienen: un buen argumento, unas grandes interpretaciones y poseen ese sabor del auténtico cine inglés.

La historia trascurre durante el trayecto que realizan los tres amigos íntimos del difunto Jack (excelente Michael Caine), acompañados del hijo de éste último, para depositar sus cenizas en el mar, en Margate una población de la costa inglesa donde quería residir cuando se jubilara. En ese trayecto salen a relucir, pequeños y grandes retazos de la vida de todos ellos, sus sueños, sus realidades y también sus diferencias. La que no les acompaña es su esposa Amy (una formidable Helen Mirren), lo que agrega una perspectiva más íntima en los recuerdos de los tres amigos. Ciertamente adolece de un ritmo pausado, y contiene numerosos flashbacks, pero el guión y las interpretaciones hacen que la película prácticamente no se resienta en absoluto.

“Last Orders”, surgida de la pluma de William Faulkner, y de la que Graham Swift convirtió en guion cinematográfico, con las magníficas interpretaciones de los actores ya mencionados junto a Bob Hoskins, Tom Courtenay, David Hemmings y Ray Winstone, consiguen hacernos pasar una buen rato de entretenimiento, y es de agradecer que no cargue las tintas del sentimentalismo, cuando habla de amistad, del paso del tiempo y nos haga recordar la muerte.