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España España · Barcelona
Voto de Beto:
7
Drama Adaptación de la novela homónima de François Mauriac (1927). Principios del XIX. La joven Thérèse contrae un matrimonio de conveniencia con Bernard Desqueyroux, un hombre anodino, aburrido e insensible a los placeres de la carne. Su insatisfacción es tal que, en un arrebato absurdo y desesperado, intenta envenenar a su marido. Una vez desenmascarada, tendrá que enfrentarse a la justicia, pero mucho peor será tener que afrontar el ... [+]
28 de abril de 2013
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claude Miller, uno de los primeros defensores de la Nouvelle Vague, colaborador, libretista y amigo de Bresson, Godard y, sobre todo, Truffaut (le terminó su film póstumo "La pequeña ladrona"), poco antes de morir, en 2012, presentó en Cannes este digno legado, basado en la novela de François Mauriac, con una versión anterior de Franjou de 1962, con Emannuelle Riva, como la protagonista. Curiosamente , siendo fiel al libro (no a su estructura: hace muy poco lo leí), sea por su interpretación, sea por los condicionamientos del medio, le da un enfoque distinto, más audaz y nada trascendente (algo que en Mauriac siempre está presente). "Thérèse Dasqueryoux" es casi un ejemplo del Existencialismo. Por supuesto la sombra de Raskolnikov está por encima de ésta y otras dos novelas contemporáneas suyas (entre 1925 y 1927), "Bajo el sol de Satán", de Bernanos y "Adrienne Messurat", de Julien Green, las "novelas de la "aventura humana", como bien las denomina R.-M. Albérès (en lugar de utilizar el adjetivo "psicológicas" , que hoy ya no significa nada). La película de la "aventura humana" de una mujer. Una "aventura" que incluye características que ya están en esos libros, por supuesto: "aspirar a suprimirse" (Charles Möeller), cometer un "acting" "para ser ella misma" (el "per se"), el desconocer consciente de la motivación de sus actos, incluso el asfixiante provincialismo (no muy marcado en el film), y el trascendental silencio divino ante el mal (que aquí desaparece totalmente); pero Miller, adaptador y libretista, al llevarlo a la pantalla manipula expresivamente todo de tal forma que transforma a Tatou en alguien indiferente, frío, "extranjero" que actúa (vive) automáticamente. Una Thérèse a la que no afecta nada: boda, marido, sexo, hija..., una Thérèse a la que ni ella ni el espectador entienden. Un genial trastueque entre el "silencio de Dios" y el absurdo existencial. Un técnica fílmica apropiada y correcta como debe ser, funcional, unos actores más que adecuados (Tatou tenía miedo de no dar con el "psique du rol" --se equivocaba-), Lelloucch y Demoustier, dan como resultado una buena película que no alcanza a ser excelente, tal vez, porque al cambiar la estructura (no es lineal, como dije), presentar a Thérèse y a su futura cuñada Anne cuando aún son adolescentes, el ser maduro de la protagonista parece salir de la nada. Pero nada es óbice para que no nos encontremos ante una película interesante, algo minoritaria, con un toque de clasicismo que tanto se agradece; en definitiva, inteligente, seria, sólida (¿qué esperar de Miller sino?) y muy apreciable.
Beto
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