Por una parte tenemos a Víctor Maynard (Bill Nighy), un frío y eficiente asesino profesional que tras una serie de divertidas escenas sabemos que no tiene pareja, que su madre, además de fan del trabajo de su hijo, es viuda de otro killer, y que está tratando de aprender el idioma francés, y por otra tenemos a Rose (Emily Blunt), una trapisondista timadora que embauca a Ferguson (Rupert Everett), un peligroso comprador de obras robadas, dándole el cambiazo cuando esta vendiéndole por 900.000 libras un autorretrato de Rembrandt que mediante ardides femeninos y cierta compensación económica ha logrado de un restaurador/falsificador que trabaja en un museo.

Ferguson se da cuenta del engaño y contrata a Víctor para que elimine a Rose; todo esto a modo de presentación durante los primeros minutos de metraje; a partir de aquí con la entrada en escena de Tony (Rupert Grint), un joven lavacoches que tras salvar la vida a Rose y Victor en una divertida escena, se convierte en ayudante de este ultimo en sustitución de ese hijo que no tiene y que la madre continuamente le está pidiendo para perpetuar la saga asesino/familiar, y la atracción que va surgiendo entre el maduro asesino y la joven timadora, tenemos una muy divertida y entretenida comedia, remake de la francesa "Cible emouvante 1993" (no la he visto todavía, pero dado lo bien que pinta - Jean Rochefort, Marie Trintignant – ya la tengo como tarea urgente), que siendo una coproducción Francia/Inglaterra y debido a un desarrollo de la trama que contiene lo mejor de la buena comedia francesa e inglesa de enredos, da como resultado una de esas rara avis en las que la suma de buenos factores si eleva el producto.

Sigue en spoiler por falta de espacio: